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Monsanto espera resolver conflicto por patentes con Brasil

Mientras Monsanto comienza a encauzar finalmente un sistema de cobro por la propiedad intelectual de sus semillas en la Argentina, un nuevo frente de conflicto se le abrió en Brasil, el segundo exportador mundial de granos.

La mayor semillera mundial, con sede en St. Louis, Estados Unidos, suspendió el cobro de regalías por su soja RR en todo ese país después de que un juez de Mato Grosso considerara ilegal hacerlo en ese estado brasileño, porque la patente de la soja transgénica resistente a glifosato venció, según dijo, en agosto de 2010, y no fue renovada en Brasil.

“Hemos tenido situaciones como esta en el pasado. Nuestro equipo está trabajando al respecto y consideramos que nuestra posición de propiedad intelectual en Brasil es fuerte así que, como lo hicimos en el pasado, vamos a superarlo”, aseguró el vicepresidente Ejecutivo de Monsanto, Robert Fraley, entrevistado por El Cronista, mientras participaba de la convención anual The World Food Prize en Iowa, Estados Unidos.

El ejecutivo minimizó el impacto económico de la situación porque dijo que “se trata de una época del año en que no hay gran actividad en el negocio de semillas”.

Ante esto, advirtió que la decisión de suspender el cobro en todo el país “permite ganar tiempo para resolver los aspectos legales”.

Es que, en paralelo, la Justicia de Mato Grosso podría obligar a la empresa a devolver las regalías que cobró desde 2010 a esta parte, lo que representaría un costo mucho mayor que la limitante en el cobro futuro, más aún si se tiene en cuenta que Monsanto siguió patentando nuevas sojas después de la RR que ya ocupan buena parte de las ventas en Brasil.

Fraley es, además, optimista hacia el futuro: “Nuestra perspectiva es que la situación se resolverá antes de la próxima siembra”, indicó.

Respecto de la intención de la empresa de mantener sus inversiones en Brasil, Fraley explicó que se trata de “un mercado importante, como lo son también la Argentina, Uruguay y Paraguay”. América latina en general “ha progresado en la adopción de nuestros productos, y vamos a seguir apostando porque es una región importante para hacer negocios. Estamos invirtiendo en todos estos países y esto no cambia nuestros planes”, aseguró.

En la Argentina, la compañía anunció recientemente una inversión de más de $1.600 millones y también obtuvo la aprobación en el país para comercializar su nueva semilla transgénica de soja, bajo el nombre comercial de Intacta.

La empresa mira con atención la evolución del proyecto de Ley de Semillas que pretende limitar el llamado “uso propio” por parte de los productores nacionales, ampliando el cobro de regalías.

“En la Argentina vendemos semillas de maíz desde hace 15 años” recordó Fraley. “Tenemos apoyo de los agricultores y del Gobierno y estamos muy entusiasmados de poder llevar la tecnología (Intacta) al país”, expresó.

Esta semilla podría marcar el regreso de Monsanto al negocio local de soja, del que se retiró en 2006 por no haber podido cobrar por la propiedad intelectual de la misma soja que hoy le genera un dolor de cabeza en Brasil. Por otra parte, la multinacional fue suspendida del Registro de Operadores de Granos tras detectarse una evasión en el pago del Impuesto a las Ganancias que ronda los 70 millones de dólares.

Fuente: Cronista.com