Para Wall Street, el dólar está subvaluado en Argentina
Como viene ocurriendo durante el paro del campo, el Banco Central y el Nación se vieron nuevamente obligados a intervenir en el mercado cambiario para evitar un salto abrupto del dólar. En total vendieron 90 millones de dólares de las reservas y el billete verde cerró en $3,71, un centavo por encima del cierre anterior. La expectativa negativa sobre la economía argentina provocó que el dólar en el mercado de futuros de Nueva York, a un año de plazo, cruzara la frontera de los 5 pesos. Para fin de marzo de 2010, la cotización llegó ayer a $5,07. La apuesta de los financistas internacionales equivale a una tasa de interés interanual del 40 por ciento. En forma paralela, empezaron a subir las tasas de interés.
Lo llamativo es que la presión cambiaria se produce en momentos de un mejor clima financiero internacional. Desde hace un par de semanas hay subas en Wall Street, Europa y en los principales recintos de países emergentes. Ayer no fue la excepción: la Bolsa de Nueva York avanzó 2,2%, Europa 1% en promedio, y Brasil lo hizo en un 1,9%; y el MerVal de Buenos Aires se elevó 3,4 por ciento.
La escasez de divisas ante la ausencia de los exportadores, en medio del lock out agrario, y la creciente demanda de dólares de parte de los pequeños y medianos inversores son determinantes para marcar la tendencia alcista de la moneda norteamericana. Ayer volvieron a verse largas filas en las principales casas de cambio de la City. También trabajaron a destajo las cuevas, que vendían billetes a 3,80 pesos. La percepción de los ahorristas es que el dólar les gana la carrera a los plazos fijos por ser la mejor inversión. Por ese motivo, ya se empezó a notar un alza de las tasas de interés (ver aparte).
Aunque el promedio de venta fue de $3,71 por dólar, en varias casas de cambio la divisa se expendió a $3,72 y 3,73 pesos.
A eso se suma la expectativa negativa sobre la Argentina que tienen los financistas internacionales. En Nueva York, donde existe un mercado de futuros de monedas muy importante, los inversores apostaron a que se producirá una devaluación sensible del peso en los próximos meses. Los operadores creen que, hasta las elecciones, el tipo de cambio se mantendrá relativamente estable, pero que se disparará después del 28 de junio, una vez que pasen las elecciones legislativas. Le pusieron precio: a un año de plazo, el dólar debería valer 5,07 pesos.
El hecho de que los inversores apuesten por algo no significa que vaya a suceder. De hecho, la crisis actual se originó por malas decisiones de inversión determinadas por la codicia y la falta de perspectivas macroeconómicas y financieras.
El dólar en el mercado mayorista también registró un alza, en ese caso de medio centavo. Cerró en 3,6950 pesos, y es posible que ese aumento se traslade hoy a las agencias del microcentro.
La constante intervención de la banca oficial en el mercado cambiario impactó sobre las reservas del Banco Central. En lo que va de la semana se registra una merma de 85 millones de dólares, y se encuentran en 46.940 millones. La pérdida de divisas en el stock es menor a las ventas totales ya que al Central lo ayudan los bancos Nación y Provincia.
Las tasas de interés se van para arriba
Por primera vez en el año, las tasas de interés muestran una tendencia alcista. La cuestión empezó con los préstamos que toman las empresas para cubrir sus necesidades de caja. Las compañías de primera línea pagaron ayer 16% a 17% anual en los bancos líderes, entre uno y dos puntos más caro que hasta ahora. Por lo general, la tasa interbancaria y la que las entidades financieras les cobran a las empresas son las primeras en moverse. Luego les siguen las denominadas “pasivas”, que son las que pagan los bancos por los plazos fijos. Esos rendimientos se mantienen en torno del 12% anual desde principios de año. Hacia fines de 2008, en medio de la corrida cambiaria, los depósitos llegaron a pagar entre 20% y 22% anual. El paso siguiente, cuando se da un rally alcista de las tasas, es que se eleven los costos de los préstamos. El Banco Central acaba de aprobar medidas para ponerle tope a la suba de las tasas de los créditos cuando se tratan de líneas que se dirigen a la producción y a operaciones inmobiliarias. (CRÍTICA DIGITAL)