Peligra el plan económico de Obama

La aprobación del plan de estímulo económico, en el que tantas esperanzas ha depositado el presidente Barack Obama, se complicó ayer al comenzar su debate en el Senado, donde fue duramente rechazado por la bancada republicana.

"El paquete de ayuda que la mayoría de nuestros miembros podría apoyar debería ser dramáticamente diferente del que aprobó la Cámara de Representantes", advirtió el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, en referencia al plan aprobado la semana pasada en la Cámara baja, sin un solo voto republicano y con 11 demócratas en contra.

"Nadie quiere evitar que este paquete sea aprobado. Buscamos reformarlo y ponerlo en un lugar diferente", explicó el senador por Kentucky, al abrir la puerta a lo que se prenuncia como una difícil negociación con la nueva administración.

Si bien, al igual que en la Cámara de Representantes, los demócratas cuentan con mayoría en el Senado, ésta es mínima (58 de los 100 escaños) y sus reglas permiten que la oposición retrase las votaciones mediante largos debates. Además, los republicanos ya han presentado versiones alternativas a la llamada Acta Americana de Recuperación y Reinversión propuesta con urgencia por la Casa Blanca.

El proyecto de ley que ya aprobó la Cámara de Representantes prevé destinar 888.000 millones de dólares a proyectos de infraestructura y programas sociales, además de un considerable recorte de impuestos para la clase media y pequeños y medianos empresarios.

Los republicanos, que han criticado el paquete desde el comienzo porque lo ven como un vehículo para instalar planes sociales duraderos que los demócratas han defendido toda la vida, tienen la intención de presionar para reducir el gasto federal, aumentar los recortes impositivos e incluir más asistencia a la gente que no puede pagar sus hipotecas. Además, advierten que si el plan es aprobado, el déficit del país ascenderá al récord de un billón de dólares.

"El gobierno le está pidiendo al Senado que dé un gran salto de confianza al asegurar que este gasto masivo estimulará el crecimiento de la economía", señaló el senador republicano Thad Cochran, de Missouri.

Ante la resistencia encontrada en el Capitolio, la Casa Blanca redobló sus esfuerzos por convencer a los legisladores republicanos de la necesidad y la urgencia de aprobar cuanto antes el paquete, que esperaba tener listo esta semana. No sólo el presidente urgió ayer a la oposición a buscar el consenso bipartidista, sino que además lanzó una campaña mediática para "despertar" a la sociedad.

"No podemos dejar que pequeñas diferencias bloqueen el camino para que este paquete avance rápidamente. Espero que el proyecto de ley sea aprobado en el próximo par de semanas para que podamos empezar a trabajar en sacarnos del pozo en el que estamos", dijo ayer Obama, esperanzado con tener listo el paquete antes del 16 de febrero, cuando el Congreso entrará en receso. Además, prometió crear una junta independiente para supervisar el gasto del paquete y dijo que, a pesar de que algunos bancos estadounidenses podrían quebrar, los depósitos de los norteamericanos estarán "a salvo".

En una señal de la gravedad de la situación, el mandatario dijo que asumía la responsabilidad de rescatar a la economía estadounidense. "Si no puedo lograrlo en tres años, tendré solamente un mandato", dijo.

Y, ni lerdo ni perezoso, a través de una cadena de e-mails , apeló directamente al público para que "pase la voz" y lo ayude a ganar apoyo. En su mensaje, propuso que sus seguidores se reúnan en sus hogares con familiares y amigos para ver un video explicativo del paquete de reactivación y que se comuniquen con sus legisladores para incrementar la presión. Temor al proteccionismo

"Hay demasiado en juego como para dejar que la política partidista se interponga en el camino. Los estadounidenses necesitan saber cómo afectará sus vidas; necesitan saber que estamos trabajando en el rescate y que esta administración está invirtiendo en el crecimiento económico y en la estabilidad", afirmó en el correo electrónico diseminado por todo el país ayer por la tarde.

Mientras tanto, haciéndose eco de los debates en el Congreso, en el exterior también creció la polémica sobre uno de los puntos del Acta Americana de Recuperación y Reinversión, la llamada cláusula "compre estadounidense", que pretende asegurar que el gasto en obras de infraestructura financiadas por la ley provenga exclusivamente de materiales fabricados en Estados Unidos.

A las quejas que ya se sintieron la semana pasada de China y Brasil, se sumó la voz de Canadá, uno de principales socios comerciales de Washington. "Vemos este movimiento hacia el proteccionismo como algo peligroso y les pedimos a nuestros vecinos que intenten repensarlo, analizándolo bien y sobriamente", resaltó Stockwell Day, ministro de Comercio Internacional de Canadá. (LA NACIÓN)