Pese a la sequía, descartan declarar un nuevo estado de emergencia agropecuaria

Las exportaciones de trigo serán claves para el ingreso de divisas y la generación de recursos vía derechos de exportación durante los primeros meses del verano. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicó un informe en el que sostiene que, a partir de la merma en la cosecha como consecuencia de la sequía, el Estado dejaría de recaudar USD189 millones en concepto de retenciones, mientras que las exportaciones caerían un 35%. Para el resto de las producciones, como maíz y soja, el Gobierno advirtió sobre un escenario desalentador en términos climáticos aunque, por el momento, se descarta declarar un nuevo estado de emergencia agropecuaria.

Según un informe técnico de la cartera que conduce Juan José Bahilo, lo que podría ocurrir es un desplazamiento de cultivos de la cosecha gruesa hacia fechas de siembra más tardías. “Esto no implica menor producción. De hecho, la siembra tardía de este año nos salvó la cosecha”, indicaron a BAE Negocios desde Agricultura.

El año pasado, la cosecha de trigo llegó a las 22 millones de toneladas, mientras que este año se ubicarían en las 16 millones según datos de Agricultura, aunque la Bolsa de Comercio de Rosario se vuelca más por un total de 15 millones. Durante el año hubo 400.000 hectáreas no sembradas.

Para la entidad que centraliza las operaciones de compra y venta del trigo, la pérdida total para el sector triguero rondará los USD1890 millones. Pero esto tiene un efecto multiplicador, por lo que el cálculo llega hasta una pérdida de 3100 millones en relación al producto nacional. “Argentina ya resigna un 0,6% de crecimiento para 2023”, indicaron desde la BCR.

En 2023 habrá tensión entre el consumo interno y la exportación, por el menor rinde la campaña actual. Los exportadores ya tienen comprometidas ventas por casi 9 millones de toneladas hacia los destinos del sudeste asiático y Norte de África y ahora se encuentran ante una disyuntiva: ¿qué hacer con Brasil, que es el principal cliente de las cerealeras locales?

Probablemente, el Gobierno autorizará a reprogramar embarques para que se pueda cumplir con las ventas a Brasil, mientras que las cerealeras deberán hablar con importadores de todo el mundo para explicarles las razones de fuerza mayor detrás de las reprogramaciones.

El Gobierno también tiene su mirada en el maíz y la soja, que todavía siguen en carrera para alcanzar una buena cosecha en 2023, según la apreciación de algunos técnicos de Agricultura. Sin embargo, más cerca de Bahilo ponen reparos a partir de la actual situación hídrica.

“Las condiciones hídricas actuales son deficitarias tanto para los cultivos de fina como para el arranque de la gruesa y las pasturas. Los escenarios a 30 días son desalentadores para el arranque de la gruesa en zona núcleo y regulares en el resto del área de cultivos extensivos. Todas las previsiones hacen suponer una fuerte disminución de los rindes de fina y el desplazamiento de cultivos de gruesa hacia fechas de siembra más tardías”, indicaron a través de un informe difundido este miércoles.

De todas maneras, aclararon que “no hay un contexto de emergencia agropecuaria” extendido, por lo que no se piensa adoptar ninguna medida extraordinaria, al menos por el momento. Lo que sí sucederá será el monitoreo permanente de la situación, también enfocado en el sector ganadero por la necesidad de forraje para alimentación de las diferentes producciones cárnicas.

Fuente: Diario BAE