Petroleros, estacioneros y ruralistas se acusan mutuamente por la falta de combustible
La falta de combustibles es de tal magnitud que los estacioneros y los ruralistas acusan a las petroleras por la profundización del desabastecimiento, especialmente en Capital Federal y el GBA, que no sufren cortes de ruta en sus principales accesos. Las empresas dicen que sacan sus camiones de los centros de distribución con custodia policial y ayuda judicial, pero que no llegan a destino.
El Gobierno afirmó que mañana dos refinerías paralizarán su producción por falta de capacidad de almacenamiento. En el interior, la escasez genera escenas de violencia en las colas. Los dueños de estaciones pidieron asistencia policial para ordenar el caos. Comenzó a notarse ausentismo de alumnos y profesores en las escuelas por falta de transporte público. Una postal de la escasez fue que los compañeros de trabajo tuvieron que juntarse en el auto del que pudo cargar el tanque. Todo valió para no perder el presentismo.
Dónde están los combustibles es la gran pregunta a responder. “Le han imputado al campo el faltante de combustibles, pero eso es una actitud mezquina. No tiene ninguna relación el conflicto del agro con la escasez de gasoil y naftas. Las compañías petroleras no abastecen al mercado apropiadamente. Sin embargo, ellos dicen lo contrario”, apuntó Luis Malchiodi, presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de la provincia de Buenos Aires. Las petroleras dicen estar trabajando al ciento por ciento y ser presas del accionar de los transportistas.
Shell espera para el sábado la llegada de un buque con 40.000 metros cúbicos de gasoil. La semana próxima comenzará a producir normalmente luego de haber retomado la entrega de petróleo desde Santa Cruz tras el paro petrolero de más de un mes.
La clave para el abastecimiento del interior está en las refinerías ubicadas en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, desde donde varias petroleras reparten el combustible a las provincias del centro y norte del país. Los cortes en esta zona son los más inflexibles.
Los estacioneros le pidieron al gobierno provincial más custodia de la policía para que los camiones-tanque puedan abrirse paso. También pidieron a fiscales federales algún oficio para garantizarse la libertad de movimiento.
Esto sucedió en Córdoba, pero con pocos frutos, porque los cargamentos son frenados en otros piquetes y no llegan a destino.
“Hoy el panorama sigue siendo igual o peor”, afirmó Daniel Aprile, secretario de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Santa Fe. “Queremos que la fuerza pública garantice que salgan los camiones”, agregó. Desde el Gobierno justificaron la falta de combustibles en la medida de fuerza de los transportistas.
El secretario de Energía, Daniel Cameron, afirmó que el problema de fondo es el tránsito por las rutas. “Estamos a dos días de que dos refinerías colmen su espacio de almacenamiento de combustible y no lo puedan distribuir por la problemática que vive el país”, sostuvo el funcionario. Crítica de la Argentina chequeó que esas instalaciones pertenecen a las empresas Petrobras y Esso.
La duda se plantea respecto de la escasez en Capital Federal y el GBA, que se abastecen principalmente de las refinerías ubicadas en Campana y Dock Sud. Aquí reaparece la realidad de faltante crónico que golpea a los automovilistas, en parte por la pelea del Gobierno y las petroleras por el precio que deben tener los combustibles.
Las largas colas para cargar naftas comenzaron a generar situaciones de violencia entre los automovilistas. La Cámara de Estaciones de Entre Ríos tuvo que pedir colaboración al Ministerio de Gobierno y Seguridad provincial para solucionar este problema. “Queremos que se resguarde la seguridad cuando son pocas las estaciones que tienen combustible”, dijo Osvaldo González, titular de la entidad.
Para conseguir una gota hubo ataques y peleas
La escasez de combustibles en el interior del país se agrava a medida que se extienden los cortes de rutas. Ayer, en la ciudad de General Villegas –localidad bonaerense de sólo 15.000 habitantes y un parque automotor de 7.500 vehículos– ocurrió un hecho insólito: un grupo de automovilistas abordó a un camión cisterna mientras descargaba nafta en una playa. “Sucede que desde que las destilerías no entregan, miles de autos se quedaron sin combustible. La gente empezó a salir de sus casas a pie y en bicicleta”, contó el empleado de la estación de servicio que fue testigo de ese hecho violento.
Otras complicaciones sufrieron ciudades de Salta, como Orán, donde el municipio suspendió el servicio de recolección de basura porque los camiones no tenían gasoil.
En Tucumán, hubo peleas entre conductores y peatones que llegaban a cargar nafta con bidones. Allí, las filas de los automovilistas duraron seis horas. En el norte de la provincia de Buenos Aires, hubo quienes cargaron sus tanques con nafta común aun en autos de lujo, como el dueño de una camioneta Mercedes Benz ML. En Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Catamarca, los estacioneros elevaron pedidos a sus gobiernos para que los ayuden a conseguir reservas.
La interna de Energía salió a flote
El secretario de Energía, Daniel Cameron, puso ayer el dedo en la llaga en la interna por el manejo de la situación energética.
El funcionario dijo que en dos días, dos refinerías no podrán almacenar más combustible por no poder liberar producto a raíz de los cortes de ruta. Las dos instalaciones son de las empresas Esso y Petrobras.
Más allá del conflicto transportista, estas dos petroleras tienen frenados cargamentos de exportación de nafta virgen y fueloil, que no se consumen en el país y que le ocupan lugar en sus refinerías. Si bien el fueloil se usa para generar electricidad, se le da prioridad al importado de Venezuela.
Desde el año pasado, una resolución del Ministerio de Planificación estableció que cualquier exportación de hidrocarburos debería contar primero con la autorización del subsecretario de Coordinación del organismo, Roberto Baratta, número dos del ministro Julio de Vido. La Secretaría de Energía solía ser la autoridad de aplicación en este asunto.
La relación tirante entre las petroleras y el Gobierno es la causante de esta decisión que afecta, en parte, la capacidad de almacenamiento. (CRÍTICA DIGITAL)