PANORAMA
¿Por qué falta el combustible?
Las largas colas que se sufrieron en las estaciones para cargar nafta durante la última semana es muy probable que se vuelvan a repetir. Hay varias razones que así lo prevén: la ausencia de nuevos descubrimientos petroleros y la tímida inversión de las empresas en exploración son las cuestiones de fondo para ser pesimistas.
El Gobierno y las compañías viven de pulseada en pulseada. Desde los despachos oficiales advierten picardías de las petroleras, que presionan por una liberalización de los precios. Las compañías quieren trasladar al mercado interno aunque sea una parte del costo del barril de súper, que ya superó los 110 dólares.
Frente a las quejas del Ejecutivo, las petroleras responden que sus refinerías están operando al máximo. Pero, como la demanda local –impulsada por el auge automotor y del campo– crece a un ritmo del 20% anual, cualquier piedrita en el camino que aparece en la distribución de los combustibles complica el normal abastecimiento.
Un dato es elocuente: mientras el consumo de nafta súper aumentó un 38% desde 2005, y el de gasoil lo hizo en un 14%, la producción se elevó mucho menos: apenas un 18% en la súper y un 10% para el gasoil. Las diferencias son más notables si se compara la situación de los últimos cinco años.
“Aunque mañana aumente la nafta, el problema no se soluciona”, dijo Nicolás Bridger, analista de la consultora Prefinex.
Por el lado de la inversión, Panamerican Energy, el segundo productor de hidrocarburos del país, es la única petrolera que incrementó sus inversiones tras un polémico acuerdo con el Gobierno.
La empresa renegoció –en medio de las acusaciones de la oposición– un contrato de explotación en Santa Cruz, que vencía en 2017, hasta el año 2027. A cambio garantizó más inversiones para incrementar la explotación de crudo.
Hay varias concesiones de áreas petroleras a las que les restan pocos años para vencer. Las primeras, a partir de 2012. “Queda poco tiempo para recuperar y mucha inversión por hacer”, le dijo a Crítica de la Argentina una fuente del sector.
La ecuación económica que plantea el Gobierno, con precios de los combustibles retrotraídos a octubre de 2007, no les cierra a las empresas. Las exportaciones, de donde las petroleras sacaban la principal tajada, hoy tributan mayores retenciones, en castigo por el desabastecimiento local.
En medio de la pulseada, no hay grandes descubrimientos. El último de relevancia fue el de Loma La Lata, en la provincia del Neuquén, hace diez años. El resto de los pozos están en su mayoría maduros.
Ante la amenaza de la necesidad de importar combustibles, siempre mucho más caro y con un marco internacional que no ayuda a que el barril se baje de los 100 dólares, seis provincias lanzaron sus propias licitaciones para explorar hidrocarburos.
En la carrera se anotaron hasta las que no tienen historia petrolera como Córdoba, San Juan o la provincia de Buenos Aires, que explorará sus costas, mar adentro. Los resultados recién se verán en algunos años.
El mercado no deja de demandar naftas y gasoil. Se vendieron 550.000 autos cero kilómetro en 2007 y se espera que este año se llegue a la cifra récord de 620.000. También se colocó una cifra histórica de dos millones de autos usados. Y el campo tuvo cosecha récord, presionando aún más sobre el consumo.
Las petroleras dicen que sus refinerías operan a pleno. Esta semana, el vocero de Esso acusó problemas de logística, falta de camiones. Algunos estacioneros apuntaron a que la refinadora Dapsa no entregó lo suficiente. La firma negó las acusaciones. Algunas fuentes empresariales piden mirar para otro lado. Concretamente, a Hugo Moyano por haber distraído a 30.000 camioneros que dejaron de distribuir combustibles para asistir a la cancha de Deportivo Español a festejar el aniversario de su líder como jefe gremial.
Lo cierto es que, si cualquier eslabón en la cadena de distribución se daña, como el equilibrio entre oferta y demanda es tan fino, empieza a faltar combustible. Para peor, una sola empresa –Repsol YPF– concentra el 54% del mercado de los surtidores. “Tienen un mínimo problema y afecta al resto”, dijo un informante.
Siempre las petroleras fueron aumentando su producción sobre la base del crecimiento vegetativo o del PBI, o sea, entre 8 y 10% por año. Pero el fenómeno del consumo se desbocó. (CRÍTICA DIGITAL)