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Proponen crear un impuesto sobre las ventas finales para subsidiar al productor yerbatero
La fórmula para evitar que aumente el precio final de la yerba pero se garantice una mejora en el ingreso de los productores estaría cifrada en la posibilidad de cobrar un impuesto sobre las ventas finales para subsidiar el ingreso del primer eslabón de la cadena. El mecanismo evitaría que un pequeño incremento en términos absolutos como fue la suba 80 centavos por kilo, que significó un aumento del 90% para más de 17.000 campesinos, se reproduzca en toda la cadena y golpee a los consumidores.
“Lo que se busca es generar un menor incremento en el precio al consumidor y redistribuir el ingreso en el interior de la cadena yerbatera beneficiando al eslabón más débil: el campesino productor”, señaló el economista Andrés Asiain, integrante de la Cátedra Nacional de Economía “Arturo Jauretche”, en un trabajo que se propone “reducir el precio de la yerba y de otros productos de la canasta alimentaria".
Asiain sostiene que la política propuesta “se puede aplicar a otros productos de la canasta básica alimentaria para obtener resultados similares”. Absolutos y relativos. El precio final de la yerba se forma a través de diversos márgenes de ganancia que le aplican los distintos empresarios que intervienen en la cadena. “Si bien hay ciertas operaciones, como el transporte que depende del peso transportado, en otros eslabones, el empresario compra la materia prima que va a procesar y le aplica un tanto por ciento con lo que cubre sus costos y obtiene una ganancia”, describe Asiain.
“Así sucede cuando los productores le venden su cosecha a los secaderos en donde la yerba verde a través de varios procesos de secado se convierte en yerba canchada. Lo mismo sucede cuando pasa a manos del acopiador, que luego lo vende a los molinos, donde se muele para luego ser fraccionada y distribuida a los comerciantes, quienes conforman el último eslabón de la cadena yerbatera”, agregó.
En ese pasamano cada integrante de la cadena agrega su propio margen de ganancia. Esos márgenes suelen ser fijos en el corto plazo y en el caso del secadero, es del 20 por ciento. Eso es si la yerba verde –que es la que le compra al productor– cuesta 90 centavos o $1,80 el kilo –cada tres kilos de yerba verde se obtiene uno de yerba procesada–.
Además, en el trabajo se precisó que los ingresos del productor representan tan sólo el 9% del precio final de la yerba, el de los secaderos el 24% y el de la molienda y comercialización el 67 por ciento.
“De esta manera, al aumentar un 90% el precio de la yerba verde, el secadero también incrementa sus ingresos un 90% (de 18 centavos por kilo a 36 centavos). Al aplicar un margen fijo, cada eslabón de la cadena actualiza sus ingresos a la misma tasa que se incrementan sus costos. De esta manera, si el productor mejora un 90% sus ingresos (aunque sean sólo 80 centavos en términos absolutos), cada eslabón de la cadena de la yerba mate que mantiene su margen fijo, incrementa sus ingresos un 90%”, advirtió el economista. Allí está la explicación de por qué el kilo de yerba pasó de 17 a 32 pesos.
Márgenes. La propuesta de Asiain implica trasladar al precio final tan solo el incremento de 80 centavos al productor, que vende tres kilos de hoja verde para producir un kilo de yerba procesada. Por eso, según el trabajo de Asiain, el incremento al precio al consumidor debería ser de sólo $2,40, en lugar de los $15 que se observan en algunos comercios.
“Para ello bastaba con mantener el precio vigente anteriormente de 90 centavos por kilo de hoja verde y dar un subsidio al productor de 80 centavos por kilo”, indicó el economista y propuso: “Para juntar los fondos con que financiar el subsidio se podía imponer un impuesto de suma fija de $2,40 por kilo de yerba vendido al público. Como los comerciantes trasladan ese impuesto al consumidor, el precio hubiera pasado de $17 a $19,40 (+14%), en lugar de los $32 (+90%) que se observa actualmente”.
LA POSIBILIDAD DE TRANSFERIR EL IVA
En su trabajo, Andrés Asiain también analiza la posibilidad de utilizar lo recaudado por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) para subsidiar al productor. "Si se eliminara directamente el IVA, y el comerciante disminuyera el precio en el monto que se ahorra, la yerba en las góndolas costaría $26,50, $5,5 menos de los 32 actuales", indicó.
"¿Qué pasaría si lo recaudado en concepto de IVA por las ventas de yerba se utilizara para subsidiar al productor generando una reducción equivalente en el precio de la materia prima? Para el caso de la yerba mate, con los sucesivos márgenes que multiplican por 5,2 el precio final, si se le transfiere el 21% sobre las ventas finales al productor, el precio básico pasaría a ser de $12,70, que aplicándole el IVA daría un precio al consumidor de $15,35", precisó.
De ese modo, según los cálculos de Asiain, al transferir lo recaudado al productor, la yerba mate en las góndolas "sería $11 más barato que si simplemente se eliminara el IVA".Además, ese mecanismo permitiría dar un subsidio por productor de 89 centavos por kilo de hoja verde porque el consumo interno de yerba es de unos 240 millones con un precio básico de $12,70 la recaudación por IVA sería de $640 millones, que dividido por 720 millones de yerba verde arroja 89 centavos por kilo.
Fuente: Diario BAE