EXPECTATIVAS
Qué pasará en la economía argentina el año próximo
Siempre se dijo que si un Presidente está entre dos opciones y consulta a un economista, probablemente salga de la reunión con una tercera alternativa. Pero hoy eso no se aplica en la Argentina. El consenso entre los analistas sobre la coyuntura económica es llamativa.
El portal iEco reunió a cinco economistas de distinto origen y trayectoria, pero de prestigio indiscutible, para hablar sobre la economía de 2008. Miguel Bein (Bein & Asoc.), Javier Finkman (HSBC), Juan Llach (IAE), Miguel Kiguel (EconViews) y Fernando Navajas (FIEL).
Todos coinciden en que la economía seguirá creciendo el año próximo y que la inflación es la principal amenaza. Las diferencias giran en torno a la magnitud del superávit fiscal al que la Argentina debe aspirar y a sostener o no una política monetaria más rígida, entre otros temas.
¿Cómo ven la economía para 2008?
Miguel Bein (MB): Este año cerrará con 8,5% y un arrastre estadístico de 3 puntos. En 2008 la economía crecerá al 7%. Se mantendrá un superávit comercial alto, unos US$ 8.000 millones. El superávit fiscal estará en alrededor de $30.000 millones, cerca de 3,2 puntos del producto. Las exportaciones en dólares nominales crecerán un 12% y las importaciones, un 18%. El dólar creemos que estará en $3,29, lo que supone una devaluación de 4,5% respecto de este año.
Fernando Navajas (FN): Será el año de los 7. En FIEL estimamos un crecimiento de 7%, un desempleo convergiendo al 7%- 7,5%, un superávit comercial de US$ 7.000 millones y una inflación oficial de 7%. El contexto luce bastante expansivo, yo tengo más duda en el grado de apreciación real, que va a ser una incógnita. Dependiendo de cómo es el contexto inflacionario, la apreciación del peso también puede ser cercana a un 7%.
Juan Llach (JLl): Coincido básicamente con lo dicho. El gran interrogante del año próximo es la inflación, donde uno no sabe exactamente cuánto es la inflación; pero si uno se guía por la de las provincias o la implícita en el IVA, la tasa debe estar en 17% aproximadamente. Si la inflación se acelera, puede haber algún impacto adicional sobre el nivel de actividad. Para agregar, diría que el desempleo en el cuarto trimestre va a estar ubicado más cerca del 6% que del 7%.
Javier Finkman (JF): La inflación es la gran incógnita para 2008. Lo positivo es que dos fenómenos que explicaron este año la aceleración de la inflación no van a estar presentes: la aceleración en los precios de los commodities y el aumento en el ritmo de expansión del gasto público. Para saber cuál será la tasa de inflación entonces habrá que ver qué sucede con la discusión salarial y sobre ello es muy difícil hacer pronósticos. Mi impresión es que si la negociación salarial se pone en línea con el aumento del producto bruto nominal, y crece entre 18% y 20% , no hay riesgos de que la inflación tenga un salto adicional a los niveles actuales, que son todavía manejables. Con el resto de los números coincido en general.
Miguel Kiguel (MK): En líneas generales, también coincido en que será un buen año de crecimiento y "manejable". Para agregar un dato a lo que dijeron mis colegas, veo un país que seguirá acumulando reservas que estimo el año que viene llegarán a los US$ 50.000 millones. También coincido en que el centro del debate en 2008 será la inflación. Pero ya es hora de ir pensando que no solamente será un tema para 2008, sino también para 2009 y probablemente 2010.
¿Se puede sostener el crecimiento de la economía o es aconsejable desacelerar el ritmo?
MB: Uno no se puede proponer enfriar la economía. No se puede decir que se plante menos soja o se fabriquen menos autos. Debemos tener en cuenta que 5 puntos del aumento de la inflación en 2007 fueron por precios internacionales y factores climáticos. Si el año que viene ese shock no está de vuelta, podemos aspirar a 15%. Esta economía se va frenar algo si el gobierno aprieta fiscalmente. El superávit de 3,15% nos calma en el sentido de que no es un escenario de salida de capitales. Pero 4% es mucho mejor para el crecimiento.
FN: Todos estamos de acuerdo en que vivimos un boom excepcional; en lo que diferimos es en cómo nos ordenamos frente a este boom excepcional y hacer un "soft landing" a una tasa de crecimiento más sostenible, que está más cerca del 5% que del 8%. Los dos riesgos que tiene esta economía hoy en día son una expansión de la demanda agregada más allá de lo que es sostenible en el largo plazo y una tendencia a la ausencia de grandes inversiones. No veo en la Argentina, salvo en el sector de la soja, que haya que atarle las manos a la gente para que invierta menos. Respecto al debate sobre el enfriamiento de la economía, creo que está mal planteado. En todo caso, hay que tener un manejo más prudente de la economía. Y la mejor forma es con política fiscal.
JLl: Yo creo que lo que hay que enfriar es la inflación. Acá la clave es que lo antes posible se muestre una tasa de inflación verdadera que empiece a bajar. Esto es fundamental porque, si se confirma que la inflación es elevada en términos internacionales, pero además creciente, yo creo que es un camino muy peligroso. La herramienta es la fiscal, yo creo que la Argentina debiera aspirar a un superávit fiscal cercano al 5% del producto, que es perfectamente factible en las circunstancias actuales y que te da una política tremendamente progresiva. Chile de 1990 lo hizo.
JF: Va a ser muy difícil encontrar un economista profesional que no piense que no hay que desacelerar la tasa de expansión del gasto. Sin embargo, yo no llamaría a esto ni enfriamiento ni ajuste. Se habla de bajar la tasa de crecimiento del gasto y todo el mundo sabe que es difícil llamar a esto un ajuste. Con respecto a qué tasa uno debe aspirar para crecer sin estas tensiones, es muy difícil saber hoy en día cuál es la verdadera tasa de crecimiento sostenible. El país en los últimos 100 años creció 3% promedio con muchísima volatilidad macroeconómica. Con superávits gemelos y con una política cambiaria que por primera vez, por diseño, tiene una moneda competitiva, opino que la tasa de crecimiento puede ser bastante mayor a este 3% promedio.
MK: El crecimiento potencial está más cerca del 5% que del 8%, en mi opinión. Hay un debate sobre si para enfriar la inflación la cuestión pasa por utilizar la herramienta monetaria o la fiscal. Creo que la inflación es un fenómeno nominal y, por lo tanto, la contribución que hace el superávit fiscal es importante pero no decisiva. En ese sentido, lo que importará en 2008 para mí son dos cosas. Primero, si el gasto público crecerá 50% o 20%, nivel este último que me parece el más adecuado. Segundo, si la política monetaria va a estar alineada con las demandas salariales y el crecimiento del gasto público. La política fiscal, salarial y monetaria son las tres patas que sostienen la mesa.
¿Creen que la falta de energía e infraestructura puede limitar el crecimiento para 2008?
FN: Si es verdad que este ciclo económico es de largo aliento, entonces la demanda de infraestructura impactará sobre la macroeconomía. Para 2008 esto no será un problema porque el Gobierno lo desactivó con el esquema de retenciones. Pero hacia 2009 y 2010 habrá que dedicar dos puntos más del PIB en infraestructura energética. En 2007, la falta estuvo enmascarada por el shock de temperatura y en 2008, por el aumento de retenciones. La demanda de energía va por el ascensor y las inversiones van por la escalera. Si queremos crecer al 6%, se va a demandar mucha infraestructura y hoy estamos corriendo desde atrás.
JF: Si la tasa de inversión está encadenada a energía barata, entonces el crecimiento actual a tasas tan altas no es sostenible en el tiempo. La Argentina no hizo la transición a un barril de petróleo que se cuadriplicó, a un mundo donde la energía es mucho más cara, porque usamos las tarifas como ancla nominal, social y política. Pero este ajuste no se resuelve en uno o dos años.
MK: Para mí, los ingresos por retenciones sería ideal ahorrarlos para bajar, por ejemplo, el stock de deuda. No lo veo para el manejo de política económica de corto plazo sino para algo más de mediano plazo. Creo que va a haber que hacer algo en términos de incentivos para los privados que inviertan en energía. No tanto para la tarifa de 2008, sino para un proceso de mediano plazo.
MB: Si alguien viene a la Argentina y dice "quiero invertir en energía o infraestructura", no encuentra pliegos ni de 5 o 20 años. No se sabe cuáles son las reglas. En el corto no estoy preocupado. Hay muchas cosas que se pueden hacer.
JLl: Es patético que en la Argentina entre subsidios al consumo energético y otros servicios públicos, los beneficios por las retenciones más exenciones, hay no menos US$ 5.000 o 6.000 millones que reciben los sectores medios y altos. Con ese dinero se podría subsidiar el consumo de alimentos para la gente que lo necesita y para la producción sobre todo de carnes y lácteos. (IECO)