Removerían del INDEC a Guillermo Moreno

Cristina Fernández de Kirchner fue directa en la reunión con un puñado de íntimos: "Hay que tomar medidas para recuperar la confianza en el INDEC".

Y agregó, sin dudar: "Es obvio que tenemos un problema. Ahora es necesario inyectar credibilidad en el organismo".

Así, la Presidenta le bajó el pulgar a la polémica gestión de Guillermo Moreno en el INDEC y habilitó una serie de consultas con economistas con la intención de conformar una nueva cúpula con credibilidad y prestigio en el organismo.

Clarín confirmó que esto ocurrió en el hermetismo de la Quinta de Olivos, durante las reuniones en las que se evaluó la marcha de la economía. La decisión que adoptó la Presidenta se reflejó después en las duras declaraciones de voceros del oficialismo. Agustín Rossi, Patricia Vaca Narvaja y Carlos Kunkel utilizaron en público expresiones idénticas a las que escucharon de Cristina Kirchner.

Para el Gobierno, existen desajustes económicos, pero la Presidenta llegó a una conclusión: que esos inconvenientes están magnificados por el conflicto político en el INDEC.

Las decisiones se adoptarían este fin de semana y el plan original es anunciar los cambios la semana próxima.

La Presidenta consultó ya a dos economistas y bucea entre varias alternativas los nombres que tendrán que iniciar la ciclópea tarea de darles confiabilidad a los datos de inflación.

Habló con Aldo Ferrer y sondeó, para presidir la reconstrucción del INDEC a Roberto Frenkel. También hubo consultas indirectas con el desarrollista Héctor Valle y con Beatriz Nofal.

Así comenzó a armarse la historia secreta de un relevo que implicará un cambio en la política. Guillermo Moreno seguirá en la Secretaria de Comercio Interior, pero su poder quedará menguado. Primero la cuestión estuvo presente el último fin de semana en la Quinta de Olivos. La Presidenta convocó a un "minigabinete económico" por la crisis de los bonos.

Fue después de hablar telefónicamente con Hugo Chávez. Le pidió explicaciones por la venta masiva de bonos argentinos y después hubo un compromiso del venezolano: este miércoles recompró parte de los bonos vendidos.

Ese equipo económico está integrado por cuatro miembros: el jefe de Gabinete, Sergio Massa; el ministro Carlos Fernández y los titulares del Banco Central, Martín Redrado, y del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont. También participó, en momentos de la reunión, el ex presidente Néstor Kirchner.

Redrado ganó espacio en el entorno presidencial después de la salida de su enemigo Alberto Fernández. La Presidenta le pondera el manejo financiero y cambiario en medio del conflicto con el campo.

Pero nadie -en lo inmediato- evalúa su ascenso al Palacio de Hacienda. La versión sobre la salida de Carlos Fernández surgió de la opinión del jefe de Gabinete sobre la necesidad de tener un ministro públicamente "más activo" en la poltrona de Economía.

El sábado, en Olivos se aprobó el plan de recompra de bonos. Massa sugirió que Fernández y Redrado convoquen a los especialistas para explicar la medida antes de la apertura de los mercados. Pero el ministro de Economía lo cortó en seco: "No, hablar no. Yo prefiero dar un comunicado".

Massa cree que la situación económica no es endeble y que, despejados algunos nubarrones, mostrará otra vez solidez. Pero considera que el bajo perfil del Palacio de Hacienda le impide al Gobierno dar una batalla exitosa contra los economistas ultraliberales que siempre criticaron el modelo y ahora le quieren pasar una factura política a la Casa Rosada. En la nómina están Miguel Broda, Juan Llach, Domingo Cavallo y Daniel Artana.

También la versión contra Fernández surge del movimiento empresario. Quieren un ministro con mayor presencia.

Esta semana la Unión Industrial estuvo enfrascada en una lamentable interna. El martes hubo cruces y acusaciones terribles, que terminaron cuando Juan Lascurain amenazó con renunciar a la presidencia de la UIA.

La reunión entre la Presidenta y los ministros fue sincera y todos admitieron los errores económicos. Fue ahí cuando Cristina comunicó por primera vez su decisión de relevar a Moreno del INDEC.

Redrado y Massa coincidieron que ese movimiento tiene que estar acompañado por otro: medidas antiinflacionarias.

En la Quinta de Olivos se admitió que hubo errores en el frente externo y eso alentó las versiones interesadas de un supuesto default. Primero, en abril y en el FMI, imprudentemente y sin anestesia, el ex ministro Martín Lousteau habló de "reprogramar" los vencimientos externos del año próximo.

Después, la ausencia total de funcionarios argentinos para explicar en los centros financieros qué ocurre en el país y cuáles son las necesidades de financiamiento. Esto se coronó con los vaivenes de Venezuela, que alentó suspicacias sobre una supuesta información confidencial de Chávez sobre un default argentino.

También hubo muchas críticas en Olivos hacia el comportamiento de las AFJP. Massa -por su paso en la ANSeS- fue el encargado de reprocharle a Sebastián Palla la decisión de las compañías de vender bonos masivamente el jueves y viernes negro.

La conclusión fue la siguiente: no existe un plan financiero que permita alcanzar sin sobresaltos US$ 4.000 millones adicionales necesarios el año próximo.

Martín Redrado habló de lo ilógico que resulta que Argentina cancele con el BID y el Banco Mundial obligaciones por encima de los préstamos que recibe.

Y se adoptó una decisión trascendente: se habló de iniciar una negociación real y formal con el Club de París para romper el aislamiento financiero de Argentina. (CLARÍN)