Rusia cortó el suministro de gas a la Unión Europea en el momento más crudo del invierno

Mientras las temperaturas en el Viejo Continente son las más bajas en décadas, Rusia cortó ayer completamente el suministro de gas del que se abastece Europa a través de Ucrania y dejó sin calefacción a cientos de miles de personas en, por lo menos, 17 países. Desde Macedonia hasta Francia, varios gobiernos comenzaron a racionalizar el combustible.

Bulgaria, la nación más afectada por depender únicamente de Rusia para su suministro de gas, pidió a los residentes que redujeran su consumo, pese a que las temperaturas cayeron a 16 grados bajo cero; racionó el abastecimiento a las industrias, cerró escuelas y jardines de infantes y apagó la iluminación de las fachadas de los edificios públicos y la calefacción en los transportes.

También en Bosnia la situación es extrema. La empresa Sarajevogas dijo que se aproximan a un "desastre humanitario" y la población apeló a las estufas a leña para calentarse. Otros hicieron largas colas desde temprano frente a las tiendas de electrodomésticos, con una temperatura de 12 grados bajo cero, para comprar con urgencia estufas eléctricas y combustibles sólidos.

La lista de países que dejaron de recibir gas ruso crece. En ella se encuentran Croacia, la República Checa, Grecia, Italia, Macedonia, Rumania, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia y Turquía. Por otro lado, están Austria, Francia, Alemania, Hungría y Polonia que dijeron haber recibido cantidades de gas muy inferiores a las habituales.

La compañía estatal energética ucrania Naftogaz fue la primera en denunciar que el consorcio ruso Gazprom había interrumpido totalmente el bombeo de gas a Ucrania para su transporte hacia Europa y que, al no recibir el carburante desde Rusia, se había visto "obligada a cortar por completo el suministro".

Pero el gigante del gas ruso aseguró que el cese del aprovisionamiento se debía a que las autoridades ucranianas habían cerrado el último gasoducto que quedaba abierto. Respuesta de la UE

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, consideró "inaceptable" que Rusia y Ucrania utilicen el suministro de gas de la Unión Europea (UE) como "rehén" en sus negociaciones bilaterales y exigió a ambos países su restablecimiento "inmediato".

Para comprobar lo que está pasando y evitar las continuas acusaciones cruzadas, Barroso acordó con el primer ministro ucraniano, Yulia Timoshenko, el envío "urgente" de observadores técnicos europeos para conocer el origen del problema y medir el volumen de gas natural que llega a Ucrania procedente de Rusia.

La disputa inquieta particularmente a la UE, que le compra a Rusia una cuarta parte del gas que consume, y reavivó la alarma sobre la dependencia energética que tiene del exterior, especialmente de ese país, y la dificultad para ponerle fin a esta situación por la escasez de recursos.

El conflicto ruso-ucraniano, que comenzó el 1° de enero cuando Gazprom cortó el suministro de gas a Kiev por falta de pagos, recuerda al enfrentamiento de 2006, que también perjudicó a Europa.

En las últimas semanas, responsables de ambos países habían manifestado que su diferendo no afectaría las entregas de gas a Europa y ahora cada una de las partes se esfuerza por presentar a la otra como un socio energético poco fiable para la UE. (LA NACIÓN)