Se recaudarán U$S 1300 millones para el plan social

En el día del levantamiento del paro del campo, la presidenta Cristina Kirchner usó la cadena nacional para anunciar qué hará el Gobierno con los ingresos resultantes del aumento de las retenciones a la exportación de granos. En una Casa Rosada superpoblada, la mandataria le dio salida institucional al llamado "Programa de Redistribución Social", un plan para construir hospitales, viviendas y caminos. Y si bien criticó con fuerza la protesta de las entidades rurales que ya lleva 90 días, también pidió disculpas sobre el final de su discurso por algún gesto o palabra oficial considerada ofensiva.

El programa anunciado esta tarde supone el envío del dinero resultante de la instalación del esquema de retenciones móviles, alrededor de US$ 1.300 millones anuales, para la construcción de viviendas y de caminos rurales. Con los valores actuales, ése sería el excedente que dejaría el nuevo formato respecto al 35% previo al conflicto. "El Estado no quiere cerrar las cuentas fiscales, quiere cerrar la cuenta social. Tengo la obligación como Presidenta de dar ese gesto institucional", planteó la mandataria.

El armado de la medida fue urdido por la mesa chica del Gobierno en dos reuniones en Olivos. En la primera, el sábado, estuvieron la presidenta Cristina Fernández, el ex presidente Néstor Kirchner, el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. En la segunda, ayer, se sumó como excepción al ministro de Economía, Carlos Fernández.

Al anuncio asistió todo el elenco oficial, incluyendo a gobernadores e intendentes, empresarios, banqueros e industriales. Las invitaciones fueron enviadas personalmente por el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. Se dejó a un lado a las principales entidades del campo.

Formalmente, el plan estará a cargo de los ministros de Salud, Graciela Ocaña, de Economía, Carlos Fernández, y de Planificación Federal, Julio de Vido. Los hospitales públicos y centros de salud se llevarán el 60 por ciento de lo recaudado, mientras que los otros dos rubros tendrán un 20 por ciento cada uno.

La Presidenta enfatizó en varias oportunidades que el manejo de los fondos será descentralizado. Es decir, será canalizado en provincias y municipios. Otro dato a tener en cuenta es que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, tendrá potestad para cambiar el destino y los montos de las partidas.

Tras el anuncio, Cristina Kirchner fue dura con la protesta de las entidades rurales que ya lleva tres meses, casi el mismo tiempo de vigencia del esquema de retenciones móviles. Primero argumentó que esa medida fue tomada para "dar seguridad alimentaria" en primer lugar y para la "redistribución del ingreso" en segundo término.

Con esta introducción, cargó contra el campo: "En estos tres meses vimos cortar rutas, decidir por parte de un sector quién pasa y quién no, derramar ríos de leche, enfrentamientos, cosas que nunca habíamos visto. ¿Cuál fue el error que cometió el Gobierno? Tal vez haya sido la ingenuidad política de no advertir los efectos de tocar la renta extraordinaria de un sector, una parte, para redistribuir mejor el ingreso". (CLARÍN)

"Tal vez pensamos que todo eso que se dice y se escribe se había hecho carne en la sociedad. Requería de una mayor explicación, comunicación o de un mayor ejercicio de responsabilidad por parte de todos. Si estamos decididos a abordar en la Argentina el problema de la pobreza, sin tocar rentas extraordinarias es imposible", enfatizó.

Varias veces la mandataria habló de una renta "extraordinaria" de los productores rurales. Y en un tramo de su discurso manifestó: "Separando la bulla mediática, lo que queda es la reacción de alguien que se niega a redistribuir. No hubo una parte contra otra parte. La Presidenta no es una parte, debe gobernar para todos los argentinos".

De cualquier forma, más allá de las críticas al campo después de tres meses de conflicto, el tono de la Presidenta fue moderado y prácticamente monocorde, alejado de las crispaciones de otras salidas públicas en lo peor de la disputa. Y sobre el final sorprendió con un pedido de disculpas.

"Si alguien se sintió ofendido por una palabra que yo haya dicho o por un gesto, desde acá, desde este lugar, le pido perdón. Pero también quiero pedirles a todos que trabajemos en paz. Y dejemos que todos los argentinos puedan ejercer sus derechos libremente", concluyó.