Serán capacitados y relocalizados 600 trabajadores de Paraná Metal

Los 600 trabajadores de Paraná Metal que quedarán desvinculados dentro de un año serán capacitados y relocalizados en nuevos puestos, en el marco de un programa financiado por el Estado. Así consta en el acuerdo firmado bajo la atenta mirada del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien admitió que las negociaciones para lograr la reapertura de la autopartista fueron “duras”.

A 10 de ayer, los trabajadores decidieron levantar el corte que quedaba en la autopista Buenos Aires-Rosario y vivenciaron la noticia de la reapertura de la fábrica con “alivio”.

Las dificultades en alcanzar un acuerdo entre las partes radicaron, según se explicó, en que la realidad de Paraná Metal requería de tres ejes de discusión diferentes. “Se debe levantar un concurso, conseguir clientes y atender las necesidades de los trabajadores”, indicó el ministro. Según el documento firmado el lunes por la noche por los empresarios y los sindicalistas, la planta volverá a estar operativa en quince días y el ministro indicó que para eso hará falta que el empresario Cristóbal López realice una inversión de “entre 12 y 15 millones de pesos”.

“Paraná Metal representa un tercio de la fuerza laboral de Villa Constitución. Como no estamos dispuestos a que ocurra lo que ocurrió en los ’90, pusimos en marcha un plan social”, subrayó el titular de la cartera laboral.

Ese programa implica la recalificación y formación profesional de los 600 operarios para su reinserción en otras firmas privadas o la generación de emprendimientos productivos autónomos.

“Ello requerirá una inversión de $1.900 mensuales en cada empleado, en tanto la empleadora abonará a su vez el importe remunerativo de $101 por cada trabajador suspendido”, añadió.

Tomada realizó una explicación sobre el acuerdo para la reactivación de la autopartista en compañía del jefe de Gabinete de la cartera laboral, Norberto Ciaravino, quien encabezó cerca de una veintena de arduas reuniones que se desarrollaron durante los sesenta días de conflicto.

Ciaravino indicó que la decisión de implementar el plan social –que estará a cargo de la Secretaría de Empleo– responde a la idea de que “no es cuestión de tirarle a la gente un poco de plata, porque todo termina en quioscos o remises”.

En esa línea, Tomada aseguró: “Hemos tomado el compromiso de que los trabajadores mantengan su actividad”, además de que apoyarán económicamente y con capacitación a quienes quieran aprovechar el dinero de la indemnización para encarar un emprendimiento propio.

Por otro lado, se planteó la cuestión de la necesidad de reconstruir un mercado para la producción de blocks de motor, ya que en el marco del conflicto la empresa perdió a su principal cliente: Ford Brasil.

Uno de los puntos más rescatables del largo proceso de negociación, según los funcionarios de la cartera laboral, fue que permitió que “las partes tomaran conciencia de las responsabilidades de cada una para haber llegado hasta este punto. Así no se podía seguir”.

En tanto, el ministro aclaró que el Gobierno se mantuvo firme en dos cuestiones a lo largo del conflicto: no perder la producción “estratégica” de blocks de motor y no reprimir el corte que los trabajadores mantuvieron durante treinta y tres días sobre la ruta 9.

“Ningún país se puede dar el lujo de perder una empresa como Paraná Metal”, aseguró Tomada, y añadió que desde el 2003 no se han reprimido manifestaciones públicas ni se ha intentado satisfacer las demandas con “asistencialismo”.

Desde el sindicato indicaron a Buenos Aires Económico que ayer el clima entre los trabajadores era “ambivalente”, porque si bien sintieron “alivio”, los operarios “saben que va a haber que trabajar mucho para que en algún momento se necesite más mano de obra, para que 600 trabajadores no queden en la calle”.

En ese sentido, se agregó: “No hay ningún clima de celebración, pero al menos se logró evitar la quiebra de la empresa”.

Entre los 14 puntos del acta-acuerdo figuran que “la empresa reanudará sus actividades en un plazo no mayor a quince días, incorporando en lapso mayor a los sesenta días a un plantel equivalente a un tercio de su personal actual”.

Dicho personal prestará funciones durante treinta días y será rotado por un grupo numéricamente similar en forma sucesiva, cada mes hasta cubrir el primer semestre.

Durante el segundo semestre las suspensiones serán fijas y la nómina será decidida por los empresarios. Los 600 desvinculados serán indemnizados en función de los salarios cobrados al 31 de julio de 2010.

Respecto de los salarios adeudados desde que se inició el conflicto (el 4 de agosto pasado), los trabajadores cobrarán por única vez 650 pesos.

(El Argentino)