Tras el pago al Club de París, vuelven a reflotar el proyecto de blanqueo de capitales
El Gobierno analiza poner de nuevo en la mesa el proyecto de blanqueo de capitales con "fines productivos" como un gesto más luego de anunciar el pago al Club de París y de comenzar a analizar una propuesta de tres bancos para saldar la deuda con los bonistas que siguen en default.
Fuentes oficiales confirmaron a La Nacion que la iniciativa, estudiada antes del conflicto con el campo, permitiría repatriar capitales que están en el exterior sin una penalización si son destinados a inversión en la economía real.
Este blanqueo de capitales, siempre pólémico por su caracter injusto frente a quienes cumplen regularmente con sus obligaciones ante el fisco, se haría a cambio de un título que entregaría el Banco Central o el Tesoro de la Nación. Un comité integrado por las carteras de Economía y Planificación Federal decidiría el destino específico de esos fondos repatriados. La otra opción es que, quien traiga el dinero, se quede con el bono (que sería corto) hasta su vencimiento sin cobrar intereses.
El dinero se transferiría al Banco de Basilea, donde la entidad que preside Martín Redrado tiene depositadas buena parte de sus reservas para evitar los embargos de los acreedores que están en juicio contra el país en Estados Unidos. De esta manera, el Central no debería emitir pesos para comprar los dólares que llegarían del exterior para descomprimir la presión sobre el tipo de cambio.
Así se elaboró el trabajo de un equipo técnico del Banco Central, que pasó a estar en poder del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, uno de los integrantes de la mesa chica del kirchnerismo. Desde otro costado del oficialismo, el jefe de gabinete, Sergio Massa, le ha restado importancia por ahora al tema.
El impacto de esta medida resulta desconocido, más allá del apoyo que ha tenido por parte de entidades bancarias y de la Bolsa de Comercio que lo pensaban como parte del Acuerdo del Bicentenario que quedó congelado a raíz de la aguda crisis generada por el conflicto con el agro.
Los activos externos del sector privado no financiero alcanzaban en el primer trimestre a los US$ 144.310 millones a fines del año anterior, el equivalente a casi la mitad del PBI de la Argentina y un 2,7% por encima del monto de fines de 2006. Sólo un 16% de esos fondos, es decir, 23.000 millones de dólares, correspondían a inversiones directas de los argentinos en el exterior.
Según la cifra del segundo trimestre de este año, ese monto en el exterior se elevó a 156.019 millones de dólares.
Producto de la desconfianza que ahora el Gobierno intenta revertir con anuncios sobre la deuda (aunque hasta ahora no sobre la inflación), la fuga de capitales de los últimos 12 meses fue de US$ 19.900 millones, un monto similar al que se registró en 2001, el año del estallido de la convertibilidad, pese a que la situación macroeconómica sea mucho más saludable que en aquel entonces.
Las sinuosas expectativas sobre la economía, que tanto le molestan al Gobierno, constituyen el motor de esta continua salida que ahora se quiere revertir con el polémico "blanqueo". (LA NACIÓN))