Un aumento del boleto de colectivo es mayor al publicado por el Gobierno
A la odisea para conseguir monedas en el primer día de aumento del transporte, se agregaron nuevas complicaciones: usuarios que denunciaron que se les está exigiendo una tarifa diferente de la que les corresponde, choferes que no saben bien qué cobrar cuando un pasajero pregunta y la aparición de una tarifa intermedia –la de $1,20– de la que muy pocos estaban informados y que implica un incremento de más del 30% del boleto y no del 20% como se había anunciado.
“Me subí al 64 como todos los días para ir de La Boca hasta Plaza de Mayo y como un acto reflejo dije ‘90’ –contó Martina, de 33 años–. Entonces el chofer me dijo que no, que era $1,20. ¿Cómo $1,20, si el aumento de 90 pasaba a 1,10? El tipo ni sabía hasta dónde iba y ya me quería cobrar 1,20 y ahí yo me enteré de que había una tarifa en el medio de la que nadie me había avisado. O sea, que, en definitiva, para algunos el aumento es mayor que para otros”.
En rigor, con el incremento de tarifas se incorporó una nueva sección. Con el aumento anterior se habían establecido dos tramos: hasta 6 kilómetros costaba 90 centavos y entre 6 y 12 kilómetros, 1 peso. Ahora, hay una nueva división: la que va de los 3 a los 6 kilómetros. Esto significa que aquellos que pagaban 90 centavos por un tramo de hasta 3 kilómetros, pagan 1,10 pesos; pero aquellos que pagaban 90 centavos por un tramo de hasta 6 kilómetros, deben pagar 1,20 pesos. Y quienes recorran entre 6 y 12 kilómetros, deben sacar un boleto de 1,25 pesos.
“A mí me quisieron cobrar 1,20 por un tramo por el cual yo antes pagaba 90 –se queja Rosa Cardile, de 54 años–. Cuando le pregunté al chofer del 98 dónde estaba la tablita que decía cuánto correspondía por cada tramo, me dijo que no la tenía, pero que en estos días se la daban.” A María Sánchez, de 37 años, le sucedió algo similar: “En la línea 168 me cobraron 1,25 y el pasaje me tendría que haber salido 1,10 porque siempre hice el mismo viaje desde La Boca a Constitución y me salía 0,90 pesos. Pienso que esta es una nueva avivada de las líneas de colectivo”.
Los testimonios se repiten. Sin embargo, en las empresas aseguran que los choferes cuentan con planillas en las que se detallan las tarifas según el destino. “Nosotros no tuvimos quejas ni de pasajeros ni comentarios de choferes que hubieran tenido problemas, cada uno se rige según el precio de la sección”, dijo Omar Labougle, de la línea 59. De todos modos, los inspectores reconocen que todavía hay confusión: “La gente estaba enterada del boleto de 1,10 porque escucharon en los medios que el mínimo pasó a ese monto, pero no del de 1,20 ni de la división en tres secciones”, comentó Fabián, inspector de la línea 64 en plaza Miserere.
Más allá de la incertidumbre inicial, lo cierto es que la tarifa intermedia implica un aumento del 30 por ciento para aquellos que antes pagaban 0,90 y ahora deberán desembolsar 1,20, mientras que en el resto de las secciones el incremento del valor es del 20 por ciento.
IMPOSIBLE. En medio de la confusión por tarifas y secciones, la misión casi imposible para conseguir monedas atestó de colas interminables las estaciones Retiro y Constitución, con pasajeros resignados a esperar horas para cambiar 20 pesos en metálico. Como Celia Navarro, de 58 años: “Tengo que viajar todos los días desde Lanús en colectivo y subte para ir a trabajar a San Isidro. Me parece un espanto tener que perder una hora todos los días para conseguir monedas y con este aumento va a ser cada vez peor. Me gustaría que alguien me diga dónde están las monedas, o por qué no se ven en circulación”. Liliana Lema, 48, se preguntó lo mismo: “Muchas veces no puedo viajar o no pude ir al trabajo porque no tenía monedas. Tendría que haber una solución. Las monedas que te dan acá son nuevas; entonces, ¿adónde van a parar todas las monedas?”
Hubo pasajeros que sacrificaron toda la mañana e hicieron varias veces la cola que se extendía un par de cuadras por fuera de la estación en Retiro: “Cada dos por tres vengo a hacer la colita a Retiro, necesito las monedas para viajar todos los días en colectivo y en tren. Hoy supongo que voy a hacer dos colas porque sólo nos dan 20 pesos. No queda otra, con esa plata no viajo ni una semana”, se quejó Elba Comman de 58 años.
En las empresas de colectivos dijeron que la situación es insostenible: “Ya estaba complicado con las monedas, ahora estará peor. No hay monedas. Ahora se las lleva el banco y no están. La gente se queja con nosotros constantemente, cada dos segundos. La empresa sí o sí tienen que entregar al banco 75% de la recaudación en monedas. Ahora, ¿adónde van a parar?, bien gracias”, concluyó Alejandro García, inspector de la línea 60, que se pregunta lo mismo que millones de usuarios de colectivos.
Néstor quiere ya la magnética
Asustado por el malestar que generó en la población la falta de monedas para afrontar el aumento de los colectivos, trenes y subtes, Néstor Kirchner llamó ayer al secretario de Transporte, Ricardo Jaime, para reclamarle que apure la instrumentación de la tarjeta magnética unificada para el pago del boleto. Según revelaron fuentes oficiales, el ex presidente reprendió al funcionario por haber admitido en público el fin de semana que la tarjeta aún no tiene fecha de entrada en vigencia. En declaraciones radiales, Jaime argumentó que no estaba listo el sistema de clearing que permitiría repartir el dinero recaudado por las tarjetas entre las empresas de colectivos y las concesionarias de trenes y subtes. Los dueños de colectivos también admitieron el fin de semana que el sistema de las tarjetas “todavía está muy verde” y que Jaime no había mencionado el tema en las últimas reuniones sobre el precio del boleto. Ayer, en cambio, dijeron que el secretario les prometió licitar la instalación de las máquinas lectoras “en no menos de sesenta días”.