IT | EXPECTATIVAS
Un reloj atómico marcará el pulso de los negocios por Internet
Algunos negocios son cuestión de segundos. Pero esos segundos, que difícilmente pueden ser los mismos en todas partes, deben tener credibilidad. La protectora y autoridad sobre la hora argentina es la Marina, una tradición mundial desde que se descubrió que la tierra es redonda. Tiene lógica: la exactitud en materia de tiempo es información clave cuando se navega.
Pero navegar por la Web argentina no tiene hoy la misma precisión que hacerlo por los mares y por eso no es el mejor ámbito para cerrar un negocio donde los segundos sean estratégicos. Las proveedoras de conexión a Internet están trabajando desde hace tres años con el Observatorio Naval Buenos Aires (ONBA) para que la Red de Redes tenga una hora oficial. Lograrlo podría traducirse en beneficios económicos para los usuarios.
Por ejemplo, permitiría hacer timbrados virtuales, es decir, las mismas certificaciones que hacen los bancos para algunos trámites, pero sin salir de casa. Sólo eso, tendría múltiples beneficios. Imagínese por ejemplo a un autor certificando la hora en que terminó una creación con apenas un click, para luego realizar más tranquilo una gestión de copyright. Eso, que parece extraño en nuestro país, es moneda corriente en Estados Unidos, asegura Juan Carlos Aquerreta, vicepresidente de Comercio Electrónico y Contenidos de Cabase, la cámara que nuclea a las empresas de Internet, quien participa en el proyecto.
¿Otras operaciones donde la validez de la hora declarada es vital?. Las compras de acciones que cotizan en bolsas del exterior. Sobre todo cuando ya se han popularizado herramientas de software que permiten agilizar al extremo las transacciones y hasta automatizar los procesos, para evitar que la burocracia impida la especulación.
Más ejemplos. Si usted hace una llamada internacional. ¿Cómo se mide su comunicación? ¿Quién tiene la razón a la hora de calcular su consumo?.
Cómo se hace un segundo
Formalmente, el Observatorio Naval Buenos Aires tiene el servicio nacional de la hora oficial desde 1983, por el decreto 1792.
Sin embargo, recién este año se pudo comprar un reloj atómico con salida digital, que permite transmitir señales a equipos remotos sin perder exactitud. Eso le permitirá contar con una homologación del Observatoire de Paris, autoridad en materia métrica a nivel mundial.
Para 2008, se espera entonces que un mejor tiempo llegue a la Internet argentina. Cabase instalará un equipo que se comunicará con el reloj atómico de la Marina y, así, todas las computadoras del país podrán sincronizarse con la auténtica hora oficial por un enlace con la entidad.
Fue un largo camino, que incluyó no sólo la compra del nuevo reloj, sino también la aprobación de su ingreso por parte del Ministerio de Defensa, ya que ese aparato tiene carácter armamentístico. No hay que olvidar que desde un barco hasta un misil se guían por la hora. Y, próximamente, más y mejores negocios. (CRONISTA)