INFORME MUNDIAL
Una de cada cinco personas trabaja de más, según OIT
Por obligación, para llegar a fin de mes, por falta de opciones o hasta por adicción. Por diferentes razones, 614.2 millones de seres humanos trabajan más de lo que deberían, es decir más de 48 horas semanales.
La cifra surge de "Working Time Around the World ", una publicación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que estudió esta situación que afecta al 22 por ciento de la fuerza laboral mundial, y que tuvo como eje países en desarrollo o transición.
Según esta investigación realizada por Sangheon Lee, Deirdre McCann y Jon C. Messenger, en la Argentina cerca de un 30 por ciento del total de las personas que trabajan lo hacen en exceso, casi un 20% más que en Noruega, pero un 30% menos que en Perú.
En nuestro país, el límite legal es de 8 horas por día o 48 semanales, aunque existen excepciones. "Este tema es uno de los más complejos dentro del derecho de trabajo, porque tiene varias regulaciones. La ley que establece el límite es la 11.544, que es de 1929, pero igual sigue vigente con algunos regímenes de excepción.
Es decir, normalmente personas de dirección o la gente que hace tareas discontinuas, como los serenos, están excluidos. Incluso hay normas, que habilitan a las convenciones colectivas a computar las horas extra de manera diferente, por ejemplo, evaluando cada seis meses el promedio de las 48 horas semanales", explica Pablo Frassia, integrante del departamento laboral del estudio Las Heras, Kelly, Eidelstein & Carreras.
Respecto a este tema, en una encuesta realizada por Clarín, ante la pregunta "¿Cuántas horas trabaja por día?", la opción más elegida fue 10 o más, y en el blog Encuestate varios comentaristas contaron que sus empleos les demandan mucho tiempo, pero que de otra forma no llegarían a fin de mes.
"Si seguimos así, los argentinos no tendremos que tener hijos para poder sobrevivir a duras penas", opinó Pablo Diaz Cisneros, un médico de 51 años, que trabaja 12 horas por día.
Justamente la necesidad de excederse para poder cubrir los gastos mínimos es uno de los temas que destaca el estudio, aunque aclara que es una situación característica de los países del Tercer Mundo.
"Si tenés proyectos se hace muy difícil. Yo estoy como Neustadt: duermo cuatro horas por día", agrega Oscar, que tiene un empleo como guardia de seguridad y atiende su propia carpintería de aluminio.
Otro de los aspectos investigados son las diferencias por factores como el género y edad. Según "Working Time...", los jóvenes y los adultos mayores trabajan horas más cortas debido a las insuficientes oportunidades laborales que se les presentan.
En cuanto a las mujeres, afirma que éstas suelen pasar menos tiempo realizando tareas remuneradas, porque en general son las encargadas de los trabajos domésticos y del cuidado de hijos u otros familiares.
"Si tuviera que quedarme más tiempo en el trabajo, tendría que renunciar para cuidar al bebé", asegura Mariana Cuello, quien pasa siete horas por día en su trabajo, y luego vuelve a su casa para limpiar, cocinar y cuidar a Joaquín, su hijo de cuatro meses.
Además, estos excesos traen consecuencias negativas a nivel social y en la salud, tanto física como psíquica. "Trabajar de más puede generar padecimientos que no siempre son advertidos. Muchas personas que no pueden generar espacios propios, que alivien las tensiones inherentes al quehacer ocupacional, pueden experimentar agotamiento, somatizaciones, depresión, abulia, o paradójicamente adicción al trabajo.
En otras ocasiones, este continuo estar bajo presión es llevado a su máxima expresión y llega a producir el fenómeno conocido como burnt out", comenta Patricia Rodríguez, psicopedagoga, especialista en evaluaciones psicotécnicas.
"Lo que está bueno es salir de la oficina y saber que vas a hacer algo, porque muchas veces te cambia tanto los horarios, que el día que salís temprano, llegás a tu casa y no sabés qué hacer. Entonces decís ’me podría haber quedado en la oficina’, y pensar eso es deprimente", agrega Karina, contadora de una multinacional, para la que llegó a trabajar 15 horas en un día.
Por otra parte, la publicación de la OIT brinda algunas recomendaciones, como reducir las horas para evitar los accidentes de trabajo, establecer horarios que les permitan a los trabajadores disfrutar de la vida familiar, y poner límites de jornadas, medida que aumenta la productividad, contrariamente a lo que se suele pensar.
Sin embargo, los investigadores también admiten que tomar estas políticas no es posible en todos los países, porque generalmente las leyes sobre el tiempo de trabajo tienen una influencia limitada en las economías en desarrollo. (iEco)