ECONOMÍA

Uno de cada dos pesos emitidos durante 2011 se usó para financiar al Estado

Más de la mitad de la expansión de la base monetaria durante el año pasado se destinó a financiar al Estado. Las deficitarias cuentas públicas llevaron al extremo el rol de salvavidas del Banco Central (BCRA), que tuvo que poner a “la maquinita” a toda marcha durante 2011 y, con ello, avaló el avance de los precios que el mercado estima en 23% durante los doce meses de ese año.

La titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, condujo durante el año electoral una expansión de la base monetaria del 39%. Al cierre del año pasado, alcanzó los $ 222.922 millones, $ 62.514 millones por encima de diciembre de 2010.

De esos 62.000 millones de nuevos pesos disponibles en la economía, $ 32.514 millones (52%) fueron emitidos para ayudar al Estado a cubrir gastos mayores a los ingresos que percibió, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). El año pasado, en medio del esfuerzo electoral, el gasto público habría crecido al 32% contra un avance del 26% de los ingresos. Los datos son de la consultora Finsoport y están actualizados a noviembre.

Marcó del Pont financió al Estado a través de adelantos transitorios por alrededor de $21.000 millones y utilidades de la entidad por un total aproximado de $10.000 millones.

Esas dos vías fueron las principales fuentes de expansión de la emisión monetaria durante el año pasado, lo que marca un cambio de tendencia respecto a las anteriores administraciones kirchneristas.

Como explica el IARAF, entre 2003 y 2008 el sector público actuaba como “factor de absorción” de base monetaria, mientras que las compras de divisas llevadas adelante por el BCRA para encarrilar el tipo de cambio explicaban la mayor parte de la expansión de la disponibilidad de pesos. Eran tiempos de superávits gemelos, mantra de la administración durante esos años, que desaparecieron en 2009 con las turbulencias llegadas del exterior.

A partir de ese año, el crecimiento del gasto por encima de los ingresos necesitó ser financiado y, a falta de mejores fuentes, el BCRA pasó al frente. En 2010 se agudizó la influencia expansiva del sector público sobre la base monetaria, y el año pasado ese nuevo rol se mantuvo. El manejo del gasto durante 2012, “sintonía fina” mediante, será determinante para determinar si este período que acaba de empezar supone un retorno a los años fundacionales.

El presupuesto de este año estima un superávit financiero de $11.000 millones,con un aumento de los ingresos del 22% y del gasto del 18%.

“La expansión monetaria del año pasado no hizo más que convalidar el aumento de todas las demás variables, a tono con la dinámica inflacionaria, en la que el gasto del Estado tuvo su parte”, comentó Marina Dal Poggetto. “Pero lo que estamos viendo es un giro en la política, que iría en dirección a controlar esas variables, lo que haría caer la demanda de pesos”, dijo la economista del estudio Bein & Asociados.

“La raíz del problema está en las necesidades de financiamiento del Estado”, comentó Nadin Argañaraz, titular del IARAF. “Pero en mi opinión el Gobierno tiene un as en la manga para evitar que se repita semejante emisión monetaria este año, que es el tema subsidios; sólo con eliminar la tercera parte los subsidios que dio el año pasado puede bajar al 22% el gasto del período”, completó.

“Todo indica que pretenden moderar la emisión”, coincidió el economista Eduardo Curia. “Pero a las variables obvias yo agregaría que el éxito de esa intención es que los controles cambiarios y de comercio funcionen sin grietas, para que la generación monetaria no se filtre a divisas”, adivirtió.

Fuente: El Cronista