YPF amplía la búsqueda de petróleo a Uruguay
La petrolera estatal uruguaya Ancap sorprendió la semana pasada con el anuncio de que por primera vez se habían encontrado indicios de petróleo en el subsuelo de Uruguay. Y la argentina YPF picó en punta con una propuesta para realizar exploraciones en la zona. “YPF ya ha hecho una oferta para explorar en un sitio determinado, en una zona entre Salto y Paysandú”, adelantó Raúl Sendic, presidente de Ancap, en una entrevista con el diario uruguayo Observa.
En la nota, también detalló que el proceso para la adjudicación de las zonas en tierra firme se hará a través de “contratación directa”. Desde YPF, sin embargo, no hicieron comentarios al respecto.
El hallazgo de indicios de petróleo en suelo uruguayo se produjo, según las autoridades de Ancap, en el departamento de Durazno, en las localidades de Blanquilla y La Paloma, gracias a trabajos de exploración realizados a 180 metros de profundidad por la empresa estadounidense Chesapeak Energy, subcontratada en 2009 por el gobierno uruguayo. “
Es un dato que nos va a permitir seguir trabajando e ir más en profundidad a la búsqueda de la roca madre, para ver si hay cantidades importantes de petróleo. Pero que el petróleo existe, existe”, aseguró Juan Gómez, miembro del directorio de Ancap, a la agencia EFE.
El interés de YPF en Uruguay no es nuevo. La empresa ya tiene adjudicados dos bloques de operación, pero en la plataforma oceánica del país (off shore), como parte de un consorcio que integra con la brasileña Petrobras y la portuguesa Galp. YPF es el operador en uno de los dos bloques.
Con todo, la posible participación de YPF en las tareas de exploración del subsuelo uruguayo, se enmarca en un plan de la compañía argentina de expandirse internacionalmente e incorporar nuevas reservas. La empresa está participando en proyectos en Perú, Colombia y Bolivia, donde hace un mes firmó varios convenios de cooperación con la firma estatal YPFB para elaborar un proyecto exploratorio.
Por su parte, el Gobierno uruguayo puso en marcha una política energética ambiciosa, que tiene como meta lograr una menor dependencia del petróleo, que actualmente representa el 60% de su matriz energética y que debe importar desde Venezuela, Ecuador e Irán.
(El Cronista)