Acercamiento de la Argentina con el Gobierno electo de Uruguay por Botnia

El primer saludo de Cristina Kirchner fue para la senadora Lucía Topolansly. La esposa del presidente electo de Uruguay, José “Pepe” Mujica, aceptó gustosa el beso y los minutos de charla que le dedicó su anfitriona antes de dejar el protagonismo a su marido. Un mes y medio después de ser elegido, Mujica se sentó formalmente con Cristina a hablar sobre la agenda pendiente, incluido el conflicto por la pastera Botnia que congeló la relación diplomática, comercial y turística en los últimos años de la presidencia del saliente Tabaré Vázquez.

Cristina, Mujica y Topolansky permanecieron a solas poco más de una hora en el despacho presidencial de la Casa Rosada. Allí alumbraron la idea de conformar una comisión con dirigentes de ambos países, a nivel técnico, para comenzar a destrabar los temas de interés bilateral. “Mujica tiene la concepción de que la relación entre Uruguay y Argentina tiene carácter estratégico”, señalaron fuentes de la Casa Rosada a Crítica de la Argentina.

En la conferencia de prensa posterior al encuentro, el uruguayo puso en palabras la cautela con la que decidió manejarse respecto del diferendo bilateral con la Argentina. “Tenemos que esperar el laudo en La Haya”, señaló. Las argumentaciones respecto de la necesidad que tiene Uruguay de mantener el diálogo abierto y el respaldo de la Argentina –le interesa el apoyo para la interconexión eléctrica con Brasil, por ejemplo–, desembocaron en la respuesta sobre las protestas de los asambleístas de Gualeguaychú. Los ambientalistas mantienen el corte al acceso de uno de los tres puentes binacionales en rechazo del funcionamiento de la planta de producción de pasta de celulosa de Botnia para denunciar los efectos contaminantes. Y mantuvieron un encuentro reservado con Mujica, que el presidente electo reconoció a medias: “Respetaré el pacto de no hablar de lo que se dijo”, señaló con picardía.

Mujica se mantuvo en la línea dialoguista y moderada. Invocó la necesidad de aguardar el fallo de la Corte Interacional de Justicia de La Haya, que se espera para marzo y afirmó que “no corresponde entrar de opinólogos en temas internos”. A pesar de la prudencia, avanzó en dos aspectos vinculados con las denuncias sobre contaminación: “Las aguas del río Uruguay serán seguramente uno de las preocupaciones que tendremos por delante: el fosforado, algunos pesticidas... seguro que las aguas son un problema, pero si los hombres no somos capaces de fabricar un papel sin dañar el ambiente, la discusión es otra”, agregó. La discusión avanzará a pasos lentos hasta marzo. Con el fallo de La Haya en la mano, el compromiso fue que se trabajará “en encontrar una salida teniendo en cuenta la opinión de los asambleístas”, dijeron a este diario.

Antes de los saludos de los ministros que quedaron fuera del despacho –los ministros Julio De Vido y Amado Boudou; el asesor presidencial Rafael Folonier; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el secretario general Oscar Parrilli– se produjeron los últimos gestos. Cristina le prometió que irá a su asunción el 1 de marzo –luego de que abra las sesiones ordinarias en la Argentina– y Mujica afirmó que el primer destino como mandatario asumido será Buenos Aires. (CRÍTICA DE LA ARGENTINA)