MANAGEMENT
Administración de empresas, ¿es una ciencia?
En los últimos años, los investigadores de la gestión han utilizado una serie de métodos cuyos resultados parecen adherirse implícitamente al siguiente principio: "todo aquello empírico que utilice métodos aceptados se considera científico, mientras que lo que no es empírico se considera altamente improbable".
En "On the Methodology of Management Research" ("Sobre la metodología de los estudios de la dirección de empresas"), el profesor del IESE Josep M. Rosanas analiza los particulares elementos y desafíos de la actual investigación sobre la gestión y aboga por una metodología lógica y eficaz.
Una primera pregunta importante es si las teorías de la gestión pueden llegar a ser relevantes para las prácticas directivas reales. ¿No es la gestión, en gran medida, intuitiva? Puesto que está tan orientada hacia las personas, ¿puede ser de alguna utilidad cualquier conclusión o teoría que se elabore?
Es difícil precisar lo que hace de una disciplina una "ciencia". Pero, en general, los investigadores coinciden en que la gestión reúne los requisitos. No obstante, es necesario establecer qué clase de ciencia puede ser la administración.
Y aquí nos encontramos con que el carácter social de la gestión impide aplicar a rajatabla los métodos de investigación de las ciencias naturales.
En efecto, la investigación en el terreno de las ciencias sociales plantea varios problemas epistemológicos, que pueden resumirse de la siguiente manera: los datos son en gran medida subjetivos, y las ciencias sociales presentan ciertas complejidades particulares.
Por un lado, las ciencias sociales resisten el uso de probabilidades. Por el otro, el panorama cambia continuamente por el aprendizaje de los agentes. En este marco, la medición y la observación no pueden utilizarse sencillamente para la formulación de teorías.
En efecto, la confianza a ciegas en los métodos empíricos lleva a una serie de problemas.
1) Racionalismo ingenuo
Es una falacia creer que el propósito de una teoría científica es únicamente explicar fenómenos observados. Las teorías sólo representan una primera aproximación al problema. Si no se tiene en cuenta esta cuestión, el resultado será que los investigadores sólo intentarán encajar "con calzador" los datos en la teoría.
2) Empirismo ingenuo
El empirismo ingenuo es la confianza absoluta en los hechos lisos, llanos e imparciales. Los empiristas ingenuos trabajan inductivamente, es decir, observando los hechos y generalizándolos para elaborar teorías universales. No obstante, esta perspectiva es peligrosa porque los hechos imparciales y objetivos no existen sino que, en realidad, pueden estar sujetos a múltiples interpretaciones.
3) Pragmatismo ingenuo
Un pragmático ingenuo se fía del conocimiento que se deriva directamente de la práctica (o sentido común) sin las garantías necesarias que podrían darle una base sólida. En otras palabras, las experiencias no son hechos. En muchos casos, es necesario un proceso riguroso para asegurarse de que lo que se afirma no es conocimiento falso o superstición.
En definitiva, la gestión necesita nuevas teorías. Pero los métodos actuales de investigación suelen ser deficientes. Por lo tanto, es imprescindible comprender cuál es la metodología más lógica y eficaz para llevar a cabo nuevas investigaciones y elaborar un cuerpo teórico del que puedan sacar provecho los directivos de hoy y mañana. (IECO)