Advierten que la continuidad del cepo será necesaria para poder aumentar salarios reales
Uno de los grandes desafíos del próximo gobierno será responder cómo recuperar salario real en una economía en la que cada peso va a parar al dólar. Analistas destacan que, a medida que los sueldos recuperen, el cepo deberá continuar vigente para evitar que el tipo de cambio oficial impacte en precios. También que los aumentos deberán ir no muy por encima de los incrementos de productividad. Una recuperación lenta.
Un importante ex funcionario del Ministerio de Economía K, cercano al equipo económico de Frente de Todos, le explicó en off a BAE Negocios su visión acerca de por qué el Frente para la Victoria perdió la presidencial en 2015: la inflación.
Al asumir en 2003, Néstor Kirchner se encontró con una caída extraordinaria del salario, por la devaluación de salida de la convertibilidad. Desde entonces, los sueldos no dejaron de subir por encima de la productividad. Hasta 2008 se trató de una recuperación de lo perdido, en adelante ya fue un franco crecimiento.
Eso provocó que las empresas menos competitivas, cuyos mercados estaban blindados a las importaciones y por ende tenían capacidad de remarcar, traspasaran los incrementos salariales a precios. La dinámica de esa lucha distributiva continuó y el IPC nunca bajó del 20% interanual.
El presidente electo, Alberto Fernández, se va a encontrar, según el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), con una contracción del salario real de más de 20% en cuatro años. Una baja parecida a la del 23% registrada en el mencionado 2002.
El economista de Proyecto Económico, Genaro Grasso, dijo a este diario: "En estos años, el salario perdió en forma sistemática contra la productividad y la inflación. El IPC aumentó, pese a la caída de los salarios, porque otros costos, como las tarifas, la tasa de interés y los insumos en dólares, subieron y sobrecompensaron. Para que suban los salarios tendrá que haber un compromiso entre empresas, trabajadores y Estado. El Estado es importante: la gran mayoría de los acuerdos de precios de la historia se violó porque el Estado fue quien devaluó y subió tarifas. Deberá haber congelamiento de tarifas durante 180 días, control de cambios, que no se puede levantar tal como mostró la experiencia Cambiemos, y cuidado de precios en el acero, el aluminio y otros insumos".
La cuestión del dólar es una de las claves. Sin controles, cualquier peso ingresado es pasible de irse a la divisa y a precios. Pero el cepo todavía deja grietas: la influencia del dólar paralelo sobre la inflación también existe.
Lo resumió el director de Macroview, Pablo Goldín: "El próximo Gobierno se encontrará con una economía totalmente seca de pesos, con salarios y créditos totalmente desintegrados. El tema es cómo meter plata y que no se traslade. Eso aplica a los salarios, a la dinámica fiscal si quieren aumentar jubilaciones, a la compra de reservas y al incentivo al crédito. Todo eso implica sacar billetes a la calle. La clave será que eso no se acumule en una emisión desbocada porque si se pasa, va al paralelo. Y si el blue sube, también es inflacionario".
El economista Agustín DAttellis coincidió en que una suba en el dólar paralelo, más allá de no pegar en los bienes transables, afecta a las expectativas de rentabilidad y por ende tiene un traspaso a precios, aunque menor. Y afirmó: "El impacto de la suba de salarios en precios estará parcialmente contenido con el cepo. La brecha con el paralelo impacta pero no tanto como el oficial. La otra clave es que haya un acuerdo tripartito que permita que las suban no vayan muy por encima de la productividad, cuidando la rentabilidad. Y, una vez que haya crecimiento, otras inversiones que no sean el dólar también se van a volver atractivas".
Fuente: Diario BAE