Advierten que se trasladarán a precios los incrementos de impuestos provinciales
Aunque las empresas se resignaron a que la baja en la presión tributaria será demasiado gradual, las pymes ya se lamentan por la utilización de un artilugio que encontraron las provincias para agrandar su caja: la suba en Ingresos Brutos (IIBB) en aquellas jurisdicciones que estaban por debajo del tope del 5% establecido en el Consenso Fiscal.
"Poco duró la ilusión de una reducción en la presión fiscal sobre las pymes de la industria y el comercio", comunicó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). "Salta, Río Negro, Neuquén, Tucumán, Tierra del Fuego y Misiones son los distritos que decidieron subas sobre el comercio y los servicios. A eso se suman los revalúos inmobiliarios por encima de las tasas de inflación en varias jurisdicciones y las tasas de servicios urbanos municipales", agregó.
El industrial pyme y directivo de CAME Pedro Cascales comentó: "Ya mandamos cartas a los distintos gobiernos provinciales para alertar de esta situación. Creíamos que los impuestos no iban a aumentar, y esto implica una suba de costos que se va a trasladar a los precios que pagan los consumidores e impactará en la inflación".
Según el relevamiento de la entidad, Salta elevó IIBB de una alícuota del 3,6% al 5%, y allí "el 83% de los recursos propios provienen de ese tributo". En la Ciudad de Buenos Aires, los comercios que facturen más de $ 10 millones anuales tendrán un incremento en forma escalonada en IIBB, que subirá del 3% al 5%. Otras decisiones tributarias preocupan a la institución, como el incremento en el Impuesto Inmobiliario en la provincia de Buenos Aires y el alza en tasas municipales, que en Mar del Plata llegaron hasta el 600%.
El arranque de 2018 mostró un crecimiento de la industria pyme de 3,4% interanual en enero. "Es un indicador de cómo nos puede ir este año, aunque el primer mes de 2017 había sido muy malo y teníamos una base baja. Igualmente, llevamos siete meses consecutivos en aumento", analizaron en CAME.
Pese a este inicio prometedor, febrero consolidó una baja sostenida en la cantidad de empresas pymes que tiene planes de inversión: solamente un 41% de las pymes respondió afirmativamente, mientras que en diciembre esa proporción era del 50% y en enero, del 46%.
Otra señal es que hay una importante división entre quienes creen que la situación económica actual es buena o muy buena (52%) y los que aducen que es regular, mala o muy mala (48%), por "la indefinición de la tendencia de crecimiento y los problemas de rentabilidad que generan las constantes subas de costos". La lectura de CAME es que "la reactivación no es sólida y muchos empresarios esperan todavía que se consolide".
Cascales, directivo de la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta (Carmahe), se quejó: "Las tasas de interés todavía están muy altas y es otro factor que enfría las inversiones. En diciembre se terminaron las líneas de créditos productivos y los subsidios de tasa; pese al esfuerzo que hace el Banco Central, las tarifas neutralizan todo y sube la inflación. Así no sirve".
Por otro lado, en CAME se posicionaron a favor de paritarias al 15% y renegociar si se cruza esa meta. "Debería ser un número que no perjudique a las empresas y que tampoco erosione el bolsillo de los trabajadores".
Respecto a las nuevas tarifas de gas y electricidad, plantearon que "las firmas energo-intensivas tendrán un problema grave: no son formadoras de precios y les va a costar trasladar los costos a sus precios". "Los exportadores podrían perder mercados, y los que venden mayormente al mercado interno dejarán en el camino rentabilidad o ventas", estiman.
Fuente: EL CRONISTA