Auguran una buena negociación con el FMI y el Gobierno y una buena recuperación económica en el 2010

El economista chileno Eduardo Aninat no improvisa cuando dice que «el FMI es más flexible de lo que se imaginan desde lejos», en referencia a una eventual negociación entre el organismo y el Gobierno argentino que le permita un respaldo para retomar las negociaciones con el Club de París. Aninat fue subdirector gerente del Fondo Monetario y negociador principal para la deuda de su país. Por haber estado en las dos veredas, el también ex ministro de Hacienda chileno aseguró que si fuera asesor del Gobierno argentino, recomendaría «empezar a desarrollar una estrategia de diálogo rápidamente». «La Argentina la va a necesitar antes de ir a negociar al Club de París. Por lo tanto, más allá de la retórica y la politiquería, mi apuesta es que antes de cuatro o cinco meses la Argentina y el FMI van a estar en la mesa», señaló.

En una entrevista con este diario, Aninat aventuró un 2010 con un primer semestre de volatilidad internacional y una mejora certera hacia fin del año. Éstas fueron sus principales reflexiones:

Periodista: ¿Cómo espera el escenario internacional en 2010, después de un año de tanta volatilidad?

Eduardo Aninat: Mi opinión firme es que sumando y restando que la volatilidad va a seguir, ya no va a haber una recaída sino que vamos a ver recuperaciones lentas, mejoradas en el último trimestre de 2010. Vemos que sobre todo los países del G-7 van hacia arriba, y después de un primer semestre de mucha volatilidad habrá un mejor fin de año en 2010. La mayoría de los países se reactivarán durante el año próximo, por lo que ahora el horizonte es 2011. Recién ahí sabremos si el plan Obama-Geithner y la coordinación de bancos centrales funcionó. Por ahora, hablamos de señales positivas pero son sólo rebotes.

P.: ¿América Latina estaría en línea con ese pronóstico?

E.A.: Los inversores y los bancos andan locos por los BRIC. Por Brasil, Rusia, India y China. La proyección de Goldman Sachs para Brasil y China es espectacularmente grande para 2010. P.: En la región, Brasil toma definitivamente la delantera.

E.A.: Sí, pero hay un primer desafío para la Argentina porque va a tener un vecino en el Norte cada vez más fuerte, que retomará un crecimiento piso del 5% (probablemente un 6%). Dios se puso brasileño en el último año. Lula no es sólo un buen macro conservador, sino que además es popular, y no se verá en líos la sucesión cualquiera sea quien gane la próxima presidencia. Tiene ahora las olimpíadas y el mundial de fútbol. También tienen oportunidades en petróleo aunque sea a largo plazo, porque a diferencia de Venezuela, tendrá un petróleo menos ácido, liviano y más explotable. Todo esto generará una tensión y efecto demostración que espero sea positivo para la Argentina.

P.: ¿Podría haber algún cambio fuerte en la economía chilena dependiendo de quién gane las elecciones finalmente?

E.A.: Chile seguirá positivo, pero aburrido, muy estable. Creceremos seguro al 4,5% con inflación bajísima del 2%, el desempleo quedará un poco alto por un tiempo en torno al 9%, pero no llegará a los dos dígitos. Si Frei gana, pondrá su énfasis en reformar el Estado que nos está apenando por tradicional y viejo. En cambio, si gana Piñeda, creo que pondrá énfasis en la reforma de educación y salud. Pero no hay mayor diferencia macro. Si se pone al futuro ministro de Hacienda de cada uno son casi clones. Uno viene del MIT y otro de Harvard.

P.: ¿Algún otro país latinoamericano se destacará en 2010?

E.A.: A Perú lo veo interesante porque sigue protegida la economía de las volatilidades políticas. Hay que poner atención cómo Moody’s elevó los rating de los bonos de Perú. Hay inversiones grandes en cemento, agrícolas y en vinos, algo en la agroindustria y servicios. Veo complicados a Venezuela y Ecuador. En el caso venezolano, su control de cambio a tres niveles genera anarquía y potencialmente corrupción.

P.: ¿En qué grupo colocaría a la Argentina?

E.A.: La Argentina tiene toda la potencialidad posible, pero también instituciones complejas. Es complicado tener al sector gubernamental en una especie de autismo político, profundizando las diferencias, no aceptando el diálogo y tratando de no avanzar sin transar. Por otro lado, está el sector laboral empresarial con una especie de alienación o anomia, desesperanzados. La combinación de anomia en lo económico social y el autismo político en lo oficial va a generar aún más problemas hacia adelante. La definición de autismo político es muy mía, pero creo que si hago una encuesta entre empresarios, el 80% estaría de acuerdo.

P.: ¿A los inversores chilenos les interesa la Argentina?

E.A.: A los agricultores de frontera chilenos -que son los de las viñas, kiwis, algunas plantaciones forestales- ya se les acabó el terreno fértil útil en Chile. Se agotó o está carísima la tierra. Por lo tanto, nada les gustaría más que poder expandirse en la frontera. Pero, entre el riesgo-país y el riesgo político medido económicamente, no van a hacer la inversión.

Recomendación

P.: Usted fue parte de muchas negociaciones con organismos internacionales de ambos lados; ¿qué recomendaría a la Argentina en su relación con el FMI?

E.A.: Si yo fuera asesor del Gobierno argentino actual, les diría que desarrollen ya una estrategia para empezar a dialogar con el FMI y el Banco Mundial, lo antes posible, mientras estos organismos tengan todavía la atención sobre el país. Lo pueden hacer de mil maneras. Primero informalmente, después con un grado de formalidad para culminar en formal. El FMI es más flexible de lo que se imagina desde lejos.

P.: ¿Cree que está cerca el comienzo de una negociación?

E.A.: La Argentina la va a necesitar antes de ir a negociar al Club de París. Por lo tanto, más allá de la retórica y la politiquería, mi apuesta es que antes de cuatro o cinco meses la Argentina y el FMI van a estar en la mesa. Pueden poner ambos sus condiciones. Nunca las grandes negociaciones de regreso fueron muy formales o explícitas. Recuerdo infinidad de casos: Uruguay, Colombia, siempre se empieza más informalmente. Para la Argentina, tratar de enfrentar el canje y la negociación del Club de París sólo es impensable en estos momentos. Como el mundo está más volátil y todavía hay una España y una Grecia dando vueltas, es mejor tomar seguros ante un futuro incierto.

P.: ¿Es posible que se desaproveche el momento?

E.A.: Si los países emergentes están por primera vez en 50 años, exentos de haber generado la crisis, están considerados interesantes por el resto del mundo, tienen sus commodities bien o en alza, es inimaginable no aprovechar la oportunidad.(ÁMBITO WEB)