Avanza un acuerdo con el Club de París sin el FMI y a pagar en 3 años
El Gobierno activó los contactos con el Club de París para regularizar los u$s 6.500 millones que están en default desde 2002. En los últimos días se intensificaron los llamados oficiales con los representantes de los tesoros nacionales de los países que integran este grupo de acreedores y ahora se espera que la presidenta Cristina Fernández haga el anuncio formal en las próximas semanas. No será en la reunión del Grupo de los 20 (G-20) que se realiza desde mañana en Seúl, porque en la Casa Rosada quieren tener primero aprobado el Presupuesto 2011 en el Congreso. Pero Cristina aprovechará la Cumbre para entrevistarse con sus pares de otras naciones y ganar consenso antes del anuncio.
La intención oficial es terminar el año con el lanzamiento del acuerdo con el Club de París hecho y activarlo durante el primer trimestre de 2011. Es casi una tradición kirchnerista. Lo mismo se hizo con el pago al FMI, anunciado en diciembre de 2005.
Finalmente los principales países que integran el Club accedieron a levantar la condición de poner al FMI en el medio. El acuerdo será sin el Fondo. Los Estados Unidos ya dieron el visto bueno y trascendió que se sumaron otras dos naciones clave: Alemania y Japón.
Pero evitar la intromisión del Fondo no será gratis. Para ello la propuesta de pago deberá ser disfrazada bajo la categoría de “diferimiento” y no como una “reestructuración” de la deuda. En la práctica implica pagar a un plazo menor. El Gobierno ofreció abonarla en 5 años. El Club lo rechazó y contrapropuso un año. Ahora está avanzada la idea para que sea un plazo en torno a los 3 años, con un cronograma de pagos semestrales.
Para la Argentina el momento es ideal. Porque puede –según deslizaron fuentes cercanas a la negociación– salir al mercado a buscar fondos por u$s 2.000 o u$s 3.000 millones pagando una tasa en torno al 7,5%. Que podría ser más baja aún en las próximas semanas. Con ello ya tendría un “colchón” para afrontar casi la mitad del pago, sin tocar siquiera una parte de los u$s 52.200 millones en reservas del BCRA que también podría ser parcialmente utilizadas.
El antecedente que analizan tanto en el Club de París como en el equipo económico argentino para avanzar en la negociación es el caso de Indonesia. Este país en diciembre de 2004 fue desbastado por un tsunami. Tenía una deuda de u$s 2.700 millones con el Club de París y finalmente acordó repagar los pasivos sin el FMI por medio y con un programa de diferimiento a dos años y medio.
La intención entre los representantes del Club de París es que la propuesta argentina pueda ser tratada en la reunión del organismo de diciembre. En el equipo económico hay expectativa por el efecto que podría tener el anuncio, tanto para destrabar inversiones que hoy están frenadas (las agencias de inversión de los principales países del mundo están inhibidas de prestarle a Argentina) como por la caída en el costo del financiamiento que desataría.
Como anécdota, en el plaza financiera circula un comentario que hizo un ex presidente de la Reserva Federal la semana pasada en Nueva York. Al dar una conferencia y ser consultado sobre las posibilidades de que Argentina llegue a un acuerdo con el Club respondió irónicamente: “Esperemos que no. Porque si eso ocurre se terminan las ganancias con los bonos argentinos. El rendimiento debería converger una tasa en torno al 5%”.
En este contexto, Cristina Fernández partió ayer rumbo a Seúl para participar de la Cumbre del G-20. Estará acompañada por el canciller Héctor Timerman y el ministro Amado Boudou. En la reunión se rubricará la reforma del FMI que da más peso a los países emergentes.
Desde la oposición, sin embargo, se distanciaron de lo actuado por el Gobierno. Ricardo Alfonsín aseguró que “el Poder Ejecutivo debería revisar la postura asumida, que consintió una iniciativa del G-20 que debilita la influencia de la Argentina”, dado que los cambios en el FMI “no modifican la injusta distribución del poder” en este organismo.
(El Cronista)