SE REDUJO LA OFERTA DE POLLOS, LÁCTEOS Y ACEITES

Comerciantes y consumidores denuncian desabastecimientos y aumentos de precios

“Sólo nos queda carne para hoy. Ya mañana no vamos a tener”, dijo un empleado de un supermercado chino de Barracas . Encima, ese escaso remanente costaba un 25% más que la semana pasada.

De hecho, casi ningún comercio minorista en Buenos Aires y varias ciudades del interior tenía ayer disponibilidad en carnes rojas. Y la mayoría registraba una oferta reducida en pollos, lácteos, aceites, verduras, azúcar y hasta polenta, según se pudo comprobar en una recorrida por supermercados y autoservicios de distintos barrios.

Los consumidores se encontraron además con otra mala noticia: a los faltantes producidos como consecuencia del paro y los piquetes de los productores agropecuarios se sumaron importantes aumentos de precios, que en algunos casos superaron el 50 por ciento.

En la reducida góndola de los aceites ya casi sólo quedaban segundas marcas y ninguno era de maíz. Un cartel advertía: "Se informa a los clientes que por problemas de público conocimiento no se podrán vender más de tres unidades de aceite por cliente".

Los cupos fueron un termómetro de la gravedad de la escasez: nadie podía salir de ese mismo supermercado, ubicado en uno de los barrios de mayor poder adquisitivo, con más de seis leches o más de tres paquetes de azúcar. De leche larga vida sólo quedaba la variedad fortificada con hierro; de carnes, apenas chorizos, morcillas y un par de cortes de lechón y de conejo; de la polenta, ni el precio.

El director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Juan Carlos Vasco Martínez, reconoció que "hay faltantes de carne de todo tipo y también falta diversidad en la oferta de lácteos; se sigue consiguiendo, aunque no en las presentaciones y en las marcas que el cliente quiere". Según indicó, las regiones más afectadas están en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

En el Coto ubicado frente a plaza Constitución, un cartel informaba que había un máximo de dos pollos por persona. "Hoy a la mañana venía gente y se llevaba de a diez pollos, así que tuve que poner ese cartel", contó el encargado. Por la tarde, las unidades se contaban con los dedos de la mano y Lucio, un jubilado, dudaba si llevar alguna o no. "Lo aumentaron; lo llevaron a casi $ 9 el kilo", dijo.

La góndola de los aceites estaba casi vacía y se permitía un máximo de cuatro botellas "por familia". El límite para las leches era de seis, y de La Serenísima ya sólo quedaban dos sachets. Las verduras tampoco abundaban. "Ayer entraron, pero hoy no", se disculpó el encargado.

Miguel Calvete, de la cámara que agrupa a los supermercadistas chinos, señaló que SanCor entregó la mitad de lo que les vende habitualmente y casi no despachó subproductos, como quesos y yogures. La Serenísima, en tanto, no les aseguró el servicio para hoy. "Esta semana la venta nos bajó un 42 por ciento", protestó Calvete.

El vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams, sostuvo que el stock de carne disponible en la Capital es "prácticamente cero". El Mercado de Liniers volvió a mostrar ayer corrales totalmente vacíos.

"Carne no hay ni en supermercados ni en carnicerías -dijo Pedro Bussetti, presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco)-. El pollo más barato tampoco se encuentra en los supermercados. En los comercios minoristas, donde antes estaba a $ 5, ahora cuesta por lo menos $ 7."

Esa entidad comparó los precios que el Indec informó para febrero con los que pudieron encontrarse esta semana en las góndolas. "La suba fue del 41%", dijo Bussetti. En aceites, además de faltar las primeras marcas, encontraron aumentos de más del 50% "en relación con la lista de precios del acuerdo que hizo el Gobierno y mediante el cual se otorgaron compensaciones a la industria aceitera por $ 245 millones", indicó.

Algunos supermercados intentaron disimular la escasez de algunos productos. En el Carrefour de Vicente López los aceites estaban distribuidos más espaciadamente que de costumbre y los quesos estaban mezclados sin respetar variedades, marcas ni tamaños. En otro supermercado de Moreno colocaron cajas de ravioles y otras pastas de producción propia en las góndolas que anteriormente ofrecían carnes y pollos. (LA NACION)