INFORME | LABORAL
Crece un 40 % las pasantías de alumnos universitarios
En los últimos dos años, las universidades públicas y privadas de la Argentina aumentaron entre un 20% y un 40% la cantidad de pasantías laborales de sus estudiantes. El crecimiento, según señalan los expertos, responde a un doble factor. Por un lado, las propias casas de estudio fomentan la inserción de sus alumnos en el mundo del trabajo. Por el otro, el fortalecimiento de nuevos sectores de la economía, provocó que las empresas salieran a buscar universitarios capacitados y actualizados.
La pasantía es una figura contractual que data de los 90 y está reglamentada desde 1999 por la Ley 25.165. En su espíritu, remarca que la pasantía debe ser una extensión práctica del aula, ya que el trabajo debe estar relacionado con la especialización del estudiante. Cada vez más, asoma como "la" oportunidad para los estudiantes de conseguir su primer empleo.
Los datos del crecimiento de esta tendencia se desprenden de un reciente informa realizado por Universia, el portal de noticias universitarias del Banco Santander Rio. El estudio relevó los casos de nueve universidades. Las estatales del Litoral (UNL), Cuyo (UNCu), Tecnológica (UTN) y Quilmes (UNQ). Y las privadas Universidad del CEMA, Salvador (USAL), UADE, Belgrano (UB) y Blas Pascual (UBP), de Córdoba.
Del relevamiento de Universia se desprende que todas cuentan con programas puntuales de desarrollo profesional para que sus alumnos hagan sus primeras experiencias laborales antes de egresar.
Aunque en distintas proporciones, en todos los casos se registran alzas en la demanda de pasantías por parte de los empleadores. En su mayoría el pedido proviene de empresas privadas, aunque el Estado también contrata. Las nueve universidades resaltan la alta tasa de alumnos que, luego de su pasantía, son efectivizados por las compañías.
Los expertos coinciden: las carreras económicas, de Ingeniería, licenciaturas en Sistemas e Informática, entre otras, motorizan este fenómeno.
Sebastián Uchitel, uno de los encargados del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, y Ariel Gulisano, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral, le confirmaron la tendencia a Clarín.
"En mi área hay alumnos de 3º año que ya están trabajando en las principales empresas de Informática. Reciben tan buenos sueldos que a veces cuesta convencerlos de que sigan la carrera de investigación", explica Uchitel. "Los estudiantes de Ingeniería, de todas las universidades, son los más requeridos del mercado. Egresan con una experiencia laboral envidiable. Algunos, incluso, trabajan dese que empezaron a estudiar", agrega Gulisano.
Así como resultan lo más buscados, los estudiantes de Ingeniería y Computación son también los que mejores rentas perciben. Pero en términos generales, según el sondeo de Universia, los contratos entre agentes privados promedian remuneraciones de entre $ 800 y 1000 mensuales por jornadas "part time" de cuatro o seis horas diarias.
Sin embargo, el Estado fija para sus pasantes una categorización determinada por la cantidad de materias aprobadas y las horas trabajadas. Esa escala va desde los $ 450 (por cuatro horas y menos de 10 materias rendidas) hasta los $ 860 (por seis horas y más de 20 asignaturas aprobadas).
También contempla a los graduados con no más de un año de antigüedad. Ellos pueden cobrar hasta $ 1.200 mensuales por ocho horas diarias de trabajo.
Aunque reglamentada, muchas veces las pasantías son desvirtuadas y aprovechadas por las compañías para apropiarse de mano de obra calificada, pero barata. Así, cubren vacantes, reemplazan al personal de planta licenciado o directamente generan nuevos puestos a menores costos. Los expertos laborales señalan que esta tendencia prevalece entre los "call center" y en algunos medios de telecomunicaciones.
"Las pasantías deben recuperar y reforzar su carácter educativo y no ser un mecanismo de fraude laboral, como se lo utilizó durante años", explica la diputada Blanco Osuna (FPV), presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara baja y promotora de un proyecto de ley junto con el diputado Héctor Recalde para que los pasantes adquieran, además, cobertura de salud.
Ante este panorama, en los últimos años, algunas universidades dejaron de lado los convenios que no tienen un anclaje real con la currícula académica. O rechazan aquellas pasantías que no ofrecen una renta a sus alumnos. Además, encaran un seguimiento del alumno, tanto para controlar los términos legales como para conocer el rendimiento del pasante y la opinión del empleador con su labor. (CLARIN)