Deuda en pesos: vencen casi $5,5 billones en 15 días y Economía prepara estrategia de renovación
Mientras avanza en su plan para licuar y recortar el pasivo en pesos del Banco Central, el equipo económico enfrentará en los próximos 15 días un nuevo test frente al mercado. En ese lapso, vencen casi $5,5 billones de deuda en pesos del Tesoro y el Palacio de Hacienda se prepara para ir en busca de su renovación. La intención oficial será extender el plazo de los futuros compromisos hacia los próximos años con el objetivo de empezar a despejar el horizonte financiero de este año.
En febrero, los vencimientos de títulos públicos comienzan a empinarse. Sobre todo, en esta segunda mitad del mes. De acá al miércoles 28, según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), expiran $5,48 billones. Este miércoles, serán los primeros $153.361 millones correspondientes a intereses de un bono atado a la inflación, el Boncer T2X5. Y el jueves, el Palacio de Hacienda deberá afrontar $3.220 millones del Bocon PR13.
A partir de la próxima semana, los montos se incrementan. Se cancelarán $1,1 billones de una letra indexada a la inflación (la Lecer X20F4), $3.629 millones del Bonte 2031, $4.452 millones del Boncer T7X4 y $97.071 millones del Bonte 2027. De acuerdo con la OPC, el 28 de febrero cae el vencimiento más abultado: $4,1 billones del Bono Dual TDF24, un título que ajusta por inflación o por tipo de cambio oficial (lo que pague más).
Deuda en pesos: la estrategia oficial En el equipo de Luis Caputo se preparan para renovar estos compromisos con bonos de mayor plazo. Para despejar el panorama financiero de 2024, en las últimas colocaciones, se optó por ofrecer títulos de más de un año de duración con la ayuda del Banco Central, que amplió un instrumento orientado a incentivar a los bancos a participar de las licitaciones del Tesoro. Se trata de un seguro de liquidez (conocido como put u opción de compra), que hasta hace un par de semanas podía utilizarse para garantizar bonos con vencimiento hasta 2025 pero que ahora están disponibles hasta 2027 inclusive.
Si bien desde comienzos de enero el Gobierno analiza la implementación de un canje voluntario para postergar buena parte de los $57 billones que vencen de acá a fin de año y, como contó Ámbito, el propio Fondo Monetario Internacional lo puso como punto de referencia en su hoja de ruta para antes de que termine marzo, la Secretaría de Finanzas aún no confirmó el lanzamiento de esta operación. La dependencia que encabeza Pablo Quirno tampoco le puso fecha a una próxima licitación específica para empezar a rollear los compromisos de deuda en pesos de febrero. Aunque podría suceder en las próximas horas.
Días atrás, en el Staff Report correspondiente al último acuerdo de revisión del programa vigente, el FMI ratificó que los funcionarios “desarrollarán y ejecutarán un plan destinado a extender vencimientos de una parte de la deuda interna que vence este año”. Es algo que Caputo ya había reconocido que estaba en negociación con los bancos que operan en el país, que son los principales tenedores privados de la deuda soberana en pesos. De hecho, poseen más del 52% del stock en manos del sector privado y su peso es creciente (en la última licitación se quedaron con al menos el 88% del monto colocado, según cálculos del economista Javier Giordano) a partir de la estrategia oficial de impulsarlos a migrar sus tenencias desde Pases a un día que emite el BCRA a bonos del Tesoro.
El Fondo, además, precisó que “las autoridades se están alejando de los bonos vinculados al tipo de cambio hacia bonos vinculados a la inflación, mientras buscan pasar gradualmente a títulos de tasa fija y ampliar la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro”. Es por eso que en el mercado descuentan que no habrá títulos dólar linked en la próxima operación (ya sea licitación o canje), tal como ocurrió en las últimas oportunidades.
Deuda en pesos: los principales acreedores De acá a fin de año, vencen unos $57 billones, según cálculos de la consultora 1816. De acuerdo con esta firma, una de las más leídas en el mercado, los meses con mayor carga para la deuda en pesos son noviembre ($10,3 billones), abril ($8,3 billones) y julio ($7,3 billones).
El grueso de esos compromisos no presenta mayores dificultades para su renovación. Los datos de la Secretaría de Finanzas muestran que, al cierre del gobierno de Alberto Fernández, el sector público era acreedor del 71,6% del stock total cercano a $80 billones de títulos soberanos en pesos (a tasa fija, atados a la inflación, al dólar oficial y duales). La mayor porción correspondía al BCRA: 31,1% del total. Lo seguían el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses (24,1%) y el Banco Nación (10,4%).
En tanto, los acreedores privados tenían el 28,4%. Entre ellos, sobresalían los bancos, con el 14,9% del total. Más atrás, venían los fondos comunes de inversión (3,5%) y las aseguradoras (2,2%).
Para el FGS y otros entes públicos, la intención oficial era directamente deslistar los títulos que están en su poder. Así lo planteaba el proyecto de ley ómnibus, que ordenaba su consolidación y su pase a manos del Tesoro para luego ser dados de baja. Este punto había recibido cuestionamientos desde algunos bloques de la oposición porque implicaba reducir significativamente el volumen del fondo que respalda el sistema previsional. De cualquier manera, una vez caído el proyecto, la medida quedó en stand by.
La iniciativa dejaba fuera de la consolidación a las tenencias de títulos públicos del BCRA. Es que la estrategia en este caso consiste en que el Gobierno vaya recomprándolos con el excedente obtenido en las licitaciones, como ya hizo tras las últimas colocaciones. Así, el Central aspira los pesos surgidos del desarme de Pases por parte de las entidades financieras que ingresan en las subastas primarias de Economía. Aunque al mismo tiempo la deuda migra desde la autoridad monetaria al Tesoro. Todo esto es parte de la estrategia de recortar y licuar aceleradamente los pasivos remunerados del BCRA (y los plazos fijos, que son su contracara), como paso previo al levantamiento del cepo cambiario.
Fuente: Ambito.com