Dispar recibimiento opositor a la reforma política propuesta por el Gobierno

Unificada como pocas veces desde la jornada electoral del 28 de junio último, la oposición decidió ayer rechazar la invitación del Gobierno, y ninguno de sus principales referentes estará mañana en el Salón Mujeres Argentinas de la Casa Rosada para la presentación del proyecto kirchnerista de reforma política.

Dirigentes del Acuerdo Cívico y Social (UCR, Coalición Cívica y Socialismo), Unión Pro y hasta habituales socios de centroizquierda del Gobierno cuestionaron la velocidad con la que el Poder Ejecutivo intenta promover el debate de la ley, meses después del llamado al diálogo político sin resultados concretos.

Aunque se muestran dispuestos a debatir la norma en el Congreso, la mayoría de los partidos opositores cree que el sistema de internas abiertas y obligatorias que promueve el proyecto terminará beneficiando las apetencias electorales del kirchnerismo en la interna del PJ y perjudicando a los partidos con menor representación territorial.

Casi todos incluyen entre los puntos flojos de la ley la prohibición del financiamiento privado para publicidad de campaña en radio y TV, y la caducidad de los partidos que no lleguen al piso del 3% de afiliados en alguna de las provincias del país.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, defendió por la mañana la ley, afirmó que "apunta a mejorar el sistema político argentino" e interpretó, según informó la agencia oficial Télam, que "los partidos sufrieron un deterioro formidable en los últimos 27 años".

La primera en recibir la invitación formal al encuentro, y también la primera en rechazar el convite, fue Elisa Carrió. "No estando dadas las condiciones institucionales de carácter republicano, dado que su gobierno las viola sistemáticamente, y en la convicción de que los escenarios mentirosos no refuerzan la democracia sino que la degradan, sepa Ud. disculpar nuestra ausencia expresa", contestó la líder de la Coalición Cívica minutos después de recibir la invitación. "Nunca vamos a formar parte del aplauso cómplice de la mentira institucionalizada que su gobierno y en especial Néstor Kirchner representan", le escribió Carrió a Randazzo, como para que no quedaran dudas de su posición.

Radicales y socialistas Después de hablar con Carrió, también el titular de la UCR, Gerardo Morales, coincidió en no sumarse a la reunión con el Gobierno. "Hay que terminar con la sobreactuación. Que presenten el proyecto en el Congreso y veremos qué se trae el Gobierno debajo del poncho", afirmó a LA NACION el ex diputado cordobés Mario Negri, uno de los referentes nacionales de la UCR. Ayer, LA NACION dio cuenta de una reunión entre los senadores Nicolás Fernández (FPV-Santa Cruz) y Ernesto Sanz (UCR-Mendoza), en la que se repasaron los beneficios que la nueva norma traería para los dos principales partidos del sistema político argentino.

Los socialistas, que en principio apoyan el sistema de internas abiertas, obligatorias y simultáneas (el que el gobernador socialista Hermes Binner puso en marcha en Santa Fe), también avisaron que no estarán. "No hay tiempo suficiente para el debate antes de diciembre, este tema requiere un inmenso consenso y no conozco la letra fina" del proyecto, sostuvo a la agencia DyN la presidenta del bloque socialista en la Cámara baja, Silvia Augsburger (Santa Fe). En el entorno de Binner defendieron el sistema de internas abiertas, aunque afirmaron que "hay que leer bien el proyecto" antes de aprobarlo o rechazarlo.

Desde Unión Pro también partieron duras críticas al proyecto. "Creo que no podemos ir a aplaudir algo que no conocemos, pero por lo poco que se sabe nos parece pésimo, porque es un traje a medida de Néstor Kirchner", aseguró el diputado Christian Gribaudo (Pro-Buenos Aires). El espacio que integran Francisco de Narváez, Mauricio Macri y Felipe Solá se opone al fin del financiamiento privado en las campañas televisivas y radiales, un punto que, sin embargo, apoyarían Carrió y la centroizquierda no kirchnerista.

Desde ese último espacio también comunicaron que no estarán en la presentación oficial. "No tenemos previsto ir a la Casa Rosada, no conocemos el proyecto, nos mandaron algunos títulos que ni siquiera son fragmentos de la reforma política", dijo el diputado de Solidaridad e Igualdad (SI-Buenos Aires), Carlos Raimundi. El ex arista afirmó que, tal como está, "el proyecto condenaría a los partidos en crecimiento", aunque dejó abierta la posibilidad de que su bloque lo apoye en el recinto.

En la centroizquierda y el PS anida la esperanza del Gobierno en lograr adhesiones al proyecto, que ingresaría en los próximos días en la Cámara de Diputados. Pero algo está claro: a diferencia del anterior llamado al diálogo político, habrá unánime faltazo opositor. (LA NACIÓN)