Economía argentina cada vez más dirigida desde afuera

Debido al sostenido proceso de extranjerización, cada vez más, decisiones estratégicas de las grandes firmas que operan en el país no se toman en Buenos Aires o en otra ciudad nacional, sino en San Pablo, Brasilia, Santiago de Chile, Ciudad de México, Madrid o, incluso, Nueva Delhi.

Según el experto en el tema, Miguel Khavisse, en 1993 había 25 empresas nacionales entre las primeras 200; en 2000 quedaban 9 y actualmente unas 5.

En estas condiciones, un gobierno que pretenda formular cualquier política productiva o exportadora o promover un acuerdo social o sectorial, va a depender del visto bueno de gerencias instaladas en otros países y de gobiernos extranjeros. Y como ya sucede en algunos casos, los funcionarios locales van a tener que trasladarse al exterior a negociar aspectos cruciales de la política económica local.

Peor aún, todo esto sucede ante el "atronador silencio" de la mayor parte de la clase política, más preocupada por unos puntos de inflación que por la desnacionalización de la economía; de la burguesía cada vez más residualmente nacional y, también del Gobierno, durante el cual la extranjerización se profundizó.

Esta tendencia es vehiculizada por el permisivo régimen de inversiones extranjeras, reforzado por los numerosos tratados bilaterales de inversión, sistema que comenzó a ser montado a fines de los 80 y no fue modificado.

La política argentina contrasta fuertemente con la llevada a cabo por países de rápida industrialización de Asia y de otros continentes, que exigieron y siguen imponiendo a la inversión externa (Como aún sucede en sectores de Brasil y en China) requisitos diversos, como asociaciones con empresas locales para lograr transferencias de tecnología de socios externos u objetivos de exportación.

Las restricciones y condicionamientos a la inversión externa suelen ser más fuertes en sectores sensibles.

Mientras, la Argentina, por su política pasiva, está perdiendo paulatinamente el control sobre segmentos clave de su aparato productivo y de servicios y sobre decisiones de desarrollo tecnológico y exportación. (IECO)