El 2010 será el año récord del comercio entre la Argentina y Brasil
De acuerdo con datos brindados desde Brasilia por el secretario de Comercio Exterior del país vecino, Welter Barral, el comercio bilateral arribará este año a un nuevo récord. Según el funcionario, el flujo comercial de enero a julio fue de u$s17.400 millones, lo que implica un aumento superior al 45% respecto del mismo período del 2009. La noticia da cuenta de la profundidad de la relación con el país liderado por Luiz Inácio Lula da Silva, y abre una serie de desafíos hacia futuro, donde la Argentina deberá tomar cartas en el asunto, asumir su rol a nivel regional y aprovechar al máximo el mercado que constituye la nación hermana.
Cumbre en Brasil. El secretario de Industria, Eduardo Bianchi, y su par de Comercio Exterior de Brasil, Welter Barral, se reunieron esta semana en Brasilia, en el marco de la cuarta reunión de este año del Comité de Monitoreo sobre Comercio Bilateral. Luego de dos días de intenso debate, ambos funcionarios coincidieron en destacar el uso de la moneda local y el bajo nivel de conflictos en el vínculo, pero advirtieron sobre el desbalance existente en el flujo comercial.
“Creemos que el uso de monedas locales puede extenderse más, aunque siempre habrá impedimentos como la financiación y la predominancia de monedas como el dólar y el euro”, sostuvo Barral en conferencia de prensa, destacando la relevancia que están ganando el peso y el real, cuya circulación aumentó este año un 20 por ciento.
Por su parte, Bianchi advirtió sobre la asimetría existente especialmente en el área de autopartes. Brasil registró en el primer semestre un déficit en este mercado en torno de los u$s6.000 millones, mientras que la Argentina alcanzó los u$s3.000 millones. Las importaciones procedentes de la Unión Europea y Asia constituyen una verdadera amenaza para los productores de componentes en ambos países. Asimismo, un tercio del déficit de la Argentina se debe a compras de componentes brasileños.
Al respecto, y a través de un comunicado, la delegación nacional consideró necesario “proponer a los otros Estados partes del Mercosur iniciar negociaciones para alcanzar un acuerdo automotor común en la región”.
De cada auto nacional, sólo hay un 20% de piezas locales, por lo que Bianchi remarcó que el objetivo es “promover un mayor contenido regional en la producción de automóviles2.
El Mercosur, un escenario clave. El Subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur de la Cancillería, Eduardo Sigal, que participó de la reunión en Brasilia, destacó en diálogo con Buenos Aires Económico que el incremento en el intercambio “muestra la recuperación de la economía y la complementariedad que se está estableciendo”.
Sigal reconoció, sin embargo, que la relación asimétrica con el país vecino continúa, y remarcó que “básicamente las dificultades que se están teniendo en materia de desigualdad tiene que ver con las manufacturas de origen industrial, especialmente en el sector autopartista”.
“Tenemos que plantear un desarrollo conjunto de empresas que nos permita sustituir importaciones, no sólo pensando en la relación bilateral sino en terceros mercados”, evaluó el funcionario.
En tanto, Sigal destacó los resultados de la cumbre del bloque regional realizada en San Juan, en la cual se arribó, luego de años de negociación, al ansiado Código Aduanero. “Esto implica la revitalización del Mercosur y un cambio de paradigma. Se reafirma como unión aduanera, pero incorpora nuevas dimensiones como es la integración productiva y la complementariedad entre las economías de los países miembros”, analizó.
Por último, el funcionario negó el supuesto “aislacionismo” de la Argentina y abogó por un creciente protagonismo del país en el bloque regional. “Si se fortalece el Mercosur, establecemos acuerdos comerciales como el que hicimos con Egipto y si se logra la apertura de las negociaciones con la Unión Europea, se desvirtúa cualquier sospecha de desdibujamiento del rol de la Argentina”, indicó.
Una relación desigual, pero con grandes perspectivas. En el informe “Cambio y continuidad en las relaciones económicas de la Argentina con Brasil” (octubre del 2009), los especialistas Roberto Bouzas y Bernardo Kosacoff analizan la histórica relación desigual con el país vecino y evalúan las perspectivas del vínculo bilateral.
De acuerdo con este estudio elaborado en el marco de un esfuerzo común entre el Centro de Estudios de la Integración y Desarrollo (Cindes) y la Universidad de San Andrés, existen “tres situaciones” en el intercambio con Brasil: en primer lugar, las actividades que conllevan disputas sectoriales; en segundo lugar, las actividades en las que predominan las empresas transnacionales, y por último aquellas con alto potencial de complementación.
Dentro del primer grupo, los especialistas contemplan las actividades que agrupan “los sectores comprendidos por productos sujetos al sistema de licencias previas, acuerdos de restricción voluntaria, medidas antidumping y de salvaguardia” (calzados, línea blanca, textiles-indumentaria, neumáticos, etcétera).
En este contexto, el estudio advierte que “la mayoría de ellos arrastra problemas de competitividad de larga data y fueron parte de las listas de productos sensibles desde el inicio del programa de integración bilateral”.
Por otro lado, Bouzas y Kosacoff se refieren a “las actividades donde predominan empresas transnacionales”, las cuales “muestran perspectivas bastante heterogéneas y que serán altamente dependientes de las políticas públicas y, eventualmente, las acciones coordinadas que adopten ambos países”.
En tercer término, los autores destacan una serie de sectores que podrían constituir enormes posibilidades para ambas naciones y que deberían estar en la agenda bilateral. Según el estudio, “existen actividades con un potencial significativo de complementación como las cadenas agroindustriales [con todos sus eslabonamientos]; petróleo-gas con su red de proveedores; turismo y otros servicios [software, cine, medicina, etcétera)”.
Los desafíos. El economista Mariano De Miguel, presidente de la Sociedad Internacional para el Desarrollo-Capítulo Buenos Aires, analizó en diálogo con Buenos Aires Económico la relación con Brasil y advirtió sobre la necesidad de “corregir las asimetrías”.
“La situación depende de los escenarios que uno diseñe. Con Brasil existe lo que llamaría una forma estructurante desequilibrada, tiene una posición predominante no sólo por el tamaño del país, sino también cuando uno mira la balanza, que es deficitaria”, sostuvo el especialista.
En este contexto, De Miguel opinó que es necesario construir “otro escenario donde se corrijan esas asimetrías”. “Brasil tiene un papel en el concierto internacional en el cual la Argentina no participa; hay que ver cómo se complementa con el juego interno del Mercosur”, indicó.
Para De Miguel, nuestro país tiene que aprovechar “su tamaño y su peso económico” y advirtió que “puede ganar autonomía avanzando en la sustitución de importaciones”.
(El Argentino)