ECONOMÍA
El 40 por ciento de los anteojos que se venden son truchos
Son siete millones de anteojos en un mercado de 17 millones. Según los privados, el Estado pierde $ 50 millones al año en las copias.
Mientras marcas como Mormai y Orbital discuten la copia de un modelo de anteojos para sol, las calles de Buenos Aires están llenas de copias “truchas” que, a precios accesibles, no sólo están dejando afuera a los productores e importadores locales, sino que están perjudicando al fisco local.
Según la Cámara de Importadora de Anteojos, cuatro de cada diez que se vende en la Argentina es ingresado al país de manera ilegal.
“Podemos afirmar que existe toda una red de contrabando y distribución de anteojos que opera sin ningún tipo de controles y está afectando seriamente el desarrollo del sector importador formal, la salud visual de los consumidores, los derechos de los propietarios de las marcas que se falsifican y el Erario Público”, explicó Enrique Churba, presidente de la cámara y de Loveli S.A.
Los importadores aseguran que en el caso de los anteojos de sol, el modelo más copiado es el Aviator, de la estadounidense Ray Ban. “Los podes ver ahí, en la esquina de la Legislatura porteña, que se venden en la calle a 20 pesos”, agrega el empresario en conversación con El Cronista. Aunque en los últimos tiempos también se puede ver una inundación de la línea Wayfarer.
Desde la Cámara aseguran que el gran problema se suscitó en 2005, cuando la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) suspendió la importación de gafas y lentes pregraduadas. “Frente a la falta de oferta legal, apareció inmediatamente la ilegal que en poco tiempo ganó volumen”. A partir de 2007 sucedió lo mismo con los anteojos de sol. “Estimamos que el volumen de contrabando de anteojos de sol y pregraduados “truchos” alcanza a no menos de 7 millones de unidades al año, lo que significan 50 contenedores de 20 pies al año”.
Asimismo, el titular de Lovelia explicó que esa contrabando significa una “pérdida” para el Estado de “alrededor de $ 50 millones”. “Los mayoristas venden la mercadería entre $ 5 y $ 9 la pieza lo que significa una evasión de IVA de alrededor de $ 10 millones, las ventas se realizan a $ 20 la unidad, lo que suman otros $ 30 millones, si a eso le sumamos $ 10 millones de impuestos a la importación impagos llegamos a la cifra que estimamos”, agregaron desde la Cámara.
La penetración del mercado ilegal es tan grande que se estima que hay zonas en la Ciudad de Buenos Aires en donde los puntos de ventas ilegales son más que los legales.
Desde el sector aseguran que desde que comenzaron los cambios de reglas de la Anmat sólo se benefició al contrabando. “Los importadores perdemos por precios, las marcas porque sufren fraude marcario y los usuarios porque terminan utilizando lentes que no son de calidad y que les afectará la salud”.
Aunque el tráfico afecta a los anteojos de sol, a los pregraduados y graduados, un hombre del sector que pidió anonimato le reconoció a El Cronista que “aunque el problema es para todos los productos que vendemos, el principal es sol, sin eso los importadores se quedan afuera del negocio porque ahí todavía pueden hacer diferencia en el diseño”.
Fuente: El Cronista Comercial