EN MANOS EXTRANJERAS
El 72% de las empresas que más venden son de capital extranjero
De las 500 empresas líderes de la Argentina, 360 (el 72%) son extranjeras. El proceso de desnacionalización de la economía ha sido vigoroso en los últimos quince años y no se alteró ni por la devaluación ni por encendidas prédicas políticas que prometían otra cosa. Este derrotero se acentuó en el último bienio, con una nueva ola de ventas de firmas locales a grupos de otras naciones.
En 1993 menos de la mitad de las 500 firmas que más vendían en la Argentina eran de capitales extranjeros (219). Esa participación fue creciendo sin pausa: en 2000 las foráneas eran 318, en 2004 saltaron a 335 y en la actualidad son 360, una abultada mayoría. Y entre los diez grupos industriales que más facturan (ver infografía), apenas dos son de capital nacional, aunque pertenecen al mismo grupo, Techint.
Entre 1992 y 2006, la Argentina recibió unos US$ 100.000 millones en inversión extranjera directa y fue unos de los diez países del globo más receptivos de capital trasnacional. Pero el 60% de ese dinero fue a fusiones y adquisiciones, el término con que los economistas definen el paso de manos de una firma, casi siempre de dueños argentinos (incluyendo al Estado) a extranjeros.
En este contexto, una serie de nuevas ventas reavivó un debate que fue frecuente en los noventa, cuando la privatización de los servicios públicos y de la petrolera YPF. Es que a poder de extranjeros pasaron muchas empresas caras a los sentimientos de los argentinos: la cervecería Quilmes, la cementera Loma Negra, las textiles Grafa y Alpargatas, o los frigoríficos Swift y Quickfood (el creador de Paty) son los principales ejemplos de esta nueva saga.
Los economistas Andrés López y Eugenia Orlicki, del Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT), han estudiado este fuerte crecimiento de la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país y sus consecuencias.
Su trabajo muestra que este proceso de extranjerización se inició desde una economía muy "nacional", ya que en los ochenta la inversión extranjera representaba solo 2,6% del PBI, muy por debajo del 4,9% que en promedio ostentaban los países en desarrollo.
Pero veinte años después esa misma relación llega al 35,3% en el caso argentino, mientras que en el grupo de países similares es de 20,5%. Es decir que la Argentina comenzó el camino desde atrás, pero avanzó mucho más allá que países semejantes.
Así se arriba a otras situaciones. Por caso, que en 2003 las empresas trasnacionales manejaban más del 84% de las exportaciones, cuando esa participación era de 66% diez años antes.
La devaluación no alteró la tendencia pero sí a los actores y al escenario. En los noventa, según esos investigadores, las que cambiaban de manos eran las empresas de servicios y financieras, y en general los compradores provenían de Europa y América del Norte (con 90% de la inversión).
En el período posconvertibilidad, en cambio, 40% las adquisiciones fueron de industrias manufactureras, y 60% de ellas han sido realizadas por grupos con origen en otros bloques económicos. Las firmas de Brasil antes ni siquiera figuraba en la estadísticas de IED. Hoy van a la cabeza. (CLARIN)