El 90% de los fraudes a las empresas los realizan ejecutivos
En la Argentina, el 90% de los fraudes cometidos en el último año a las empresas tienen como sujetos principales o secundarios a empleados de nivel gerencial, con un crecimiento de 50% respecto de la medición de 2009, lo que marca una diferencia respecto de lo que sucedía en años anteriores cuando las responsabilidades recaían, en mayor medida, en los dependientes de menor jerarquía en la estructura. Estos datos surgen de un estudio presentado ayer por la consultora global de riesgos Kroll, que realizó el relevamiento en distintos países del mundo.
El nivel de responsabilidades surge también del monto de los fraudes ya que “al ser muy grandes aparece la necesaria participación de directivos en la concreción de los mismos, más allá de que los responsables directos descubiertos pertenezcan al personal de menor jerarquía”, dijo a BAE el director de Kroll Argentina, Matías Nahón.
Según la filial argentina de la compañía, los sectores que fueron más afectados por este tipo de problemas en nuestro país son el del retail y el de servicios financieros, aunque se constató un crecimiento general de 50% en la suma sustraída, al compararse los datos de 2010 con los correspondientes al año inmediato anterior.
En el primero de los casos, el del retail, “hay un crecimiento muy grande del fraude interno porque es un sector que tiene controles relativamente laxos para evitar los robos de mercaderías”, indicó Nahón, quien acotó que “en los ilícitos se ha constatado una participación mayoritaria de personal de nivel gerencial”. En lo que respecta a los fraudes en el sector de servicios financieros, Nahón explicó que “tuvo un alza muy importante en todo el mundo desde que comenzó la crisis financiera global en septiembre de 2008. Y la Argentina no escapó a esa tendencia, pese a las medidas tomadas para mitigar ese problema”, precisó.
Como dato de color, Nahón destacó que, “en lo que se refiere a fraudes con mercaderías, la Argentina tiene un récord mundial con la feria de La Salada, donde se comercializan productos falsificados por unos u$s1.500 millones al año y, por esa razón, un puesto en ese lugar se cotiza actualmente en unos 100 mil dólares. No hay ninguna feria en el mundo que facture esa suma en mercadería de fabricación ilegal”, acotó el directivo.
El relevamiento presentado por Kroll se realizó en distintos países del mundo con entrevistas a más de 800 ejecutivos de alto nivel pertenecientes a diez sectores económicos, el 88% de los cuales dijo que su empresa había sufrido algún tipo de fraude en el curso del último año y las pérdidas promedio crecieron de u$s1,4 millón a u$s1,7 millón por cada u$s1.000 millones de ventas de las empresas.
“Sin embargo –concluyó Nahón– en la Argentina los empresarios no aumentaron sus inversiones para evitar los fraudes, a diferencia de lo que han hecho los de Colombia, Chile y Perú.”
(El Argentino)