El Banco Ciudad deberá indemnizar a un cliente al que ladrones le vaciaron la cuenta bancaria

No eran estafadores de medio pelo. Usaban tecnología de última generación y se hacían pasar por empleados bancarios que con voz impostada atendían una línea 0800 trucha. Con esa modalidad obtuvieron contraseñas y les vaciaron las tarjetas de débito a 143 clientes. Están presos desde hace cuatro años. Por sus estafas, la Sala VI de la Cámara Civil condenó al Banco Ciudad a indemnizar a un cliente al que le robaron siete mil pesos de su cuenta mediante una tarjeta “melliza” porque la entidad “tenía la obligación de brindarles seguridad a sus usuarios”.

Los delincuentes se las habían ingeniado para acceder a una base de datos de usuarios de tarjetas de débito del Banco Ciudad y de otras entidades bancarias. Tenían una central telefónica desde la cual llamaban a las víctimas y les advertían que alguien estaba usando sus tarjetas para comprar electrodomésticos. Después aconsejaban llamar a una línea 0800. Pero la comunicación nunca se cortaba porque tenían un aparato que pinchaba las líneas telefónicas. Por eso atendían ellos. “Tiene que dar de baja la tarjeta inmediatamente, pero para eso deme sus datos y su clave o PIN”, pedía una mujer con voz gentil. Al final vaciaban las cuentas.

El 12 de diciembre de 2003, el empleado judicial Carlos Beniauskas recibió una llamada de ese tipo. “Señor, lo llamo del Centro de Atención al Cliente del Banco Ciudad.

Alguien está usando su tarjeta de débito Moderban para hacer compras”, le dijo un hombre. “Así empezó mi pesadilla. Después me di cuenta de que me chuparon el teléfono y que cuando disqué el 0800 no había cortado el llamado anterior. Me volvieron a atender estos chantas, pero la que habló fue una mujer. Me dijo que debía cancelar mi tarjeta y me pidieron la contraseña. Me sacaron 7 mil pesos”, contó Beniauskas a Crítica de la Argentina. La Cámara Civil ordenó al Banco Ciudad que le pagara 12 mil pesos por “daño moral”. A la Justicia le queda resolver las causas de otros 142 clientes estafados.

“La metodología empleada fue eficaz en tanto logró engañar a casi ciento cincuenta personas, a juzgar sólo por las que hicieron la denuncia penal. Ello revela que no se trató de un defecto o una marcada negligencia del actor. La masividad del embuste convence no sólo de su eficacia, sino también de la escasa posibilidad de ser advertido por la seguridad informática de la entidad bancaria”, opinaron los jueces Gerardo Vasallo, Juan José Dieuzeide y Pablo Heredia. El fallo invocó la Ley de Defensa al Consumidor.

También consideraron que una de las obligaciones primordiales del banco era brindar total seguridad al cliente: “Constituye el presupuesto básico de los servicios que ofrece”.

“El Banco Ciudad es totalmente ajeno a esta maniobra delictiva y fue parte querellante en el juicio penal”, aclaró un vocero del Banco Ciudad, que el 5 de septiembre de 2004 denunció a la banda ante la División Fraude Bancario de la Policía Federal.

La causa penal llevó a la detención hace tres años de dos hombres y una mujer. Hay un prófugo. La Justicia le trabó a cada uno un embargo de 800 mil pesos por “asociación ilícita en carácter de jefes u organizadores en concurso real con estafa mediante el uso de instrumento falso reiterado”. Habrían estafado a 113 clientes del Banco Ciudad y otros 30 de otras entidades bancarias cuyos nombres no trascendieron.

Un experto en seguridad informática que participó en la investigación afirmó que los estafadores eran expertos: “A este artilugio se lo denomina ingeniería social: usan la tecnología para engañar. La maniobra se hacía a través de una central telefónica inteligente para obtener las contraseñas. Así es el cuento del tío del siglo XXI”. (CRÍTICA DE LA ARGENTINA)