ALCANZARÍA PARA MEDIO DÍA DE CONSUMO PORTEÑO
El Ejército podría abastecer de carne vacuna al mercado interno
Los frigoríficos que abastecen el mercado interno agotaron sus existencias y fracasaron en el intento de conseguir más ganado. Para hoy, cuando se acabe la carne en la mayoría de las góndolas y carnicerías del país, sólo quedan algunas medias reses en poder de matarifes medianos y unas pocas toneladas de cortes para exportación en las cámaras frigoríficas de multinacionales brasileñas. No habrá entrada de animales a Liniers.
La búsqueda del tesoro vacuno que emprendió el Gobierno durante Semana Santa chocó contra la pared de los cortes de ruta, y todos los eslabones de la industria cárnica coinciden en que el lock-out del campo se sentirá hoy con más fuerza que nunca en el producto más sensible de la canasta básica.
Según se pudo establecer en fuentes del sector, los engordadores de hacienda empezaron ayer a quedarse sin alimento balanceado para sus animales y hasta intentaron enviarlos al mercado a pesar del paro, pero no lograron sortear los piquetes en las puertas de sus feedlots. Anoche tampoco había registro de ingresos para hoy al Mercado de Liniers.
El secretario general del sindicato de obreros de la carne, Silvio Etchehún, advirtió que frenará cualquier camión con ganado que pretenda llegar al centro concentrador. Alineado con el barrionuevismo y enfrentado a Hugo Moyano, quien comandó los “contrapiquetes” del interior, Etchehún prometió “vigilar a los matarifes para que no se aprovechen de la gente”. Y ya convocó a una marcha para este viernes a Plaza de Mayo, en reclamo de una nueva política ganadera y una rebaja de precios, adonde analizaban confluir también organizaciones ruralistas y hasta el líder piquetero Raúl Castells.
En el Gobierno se barajó apelar otra vez a las vacas del Ejército, pero no alcanzarían ni para medio día de consumo porteño. “Hasta ahora no recibimos ningún pedido”, aclaró Jorge Bernetti, vocero de la ministra de Defensa, Nilda Garré. El Comando de Remonta y Veterinaria tiene unas 30.000 cabezas, pero la mayoría son de cría o lecheras. “Para vender tiene unas 1.000 cabezas y podría sumar otras 2.000, pero viejas y flacas”, comentó un tradicional consignatario de hacienda. La cifra luce insignificante frente al millón de cabezas que se faena por mes en todo el país.
En la Secretaría de Agricultura activan todos sus contactos para que aparezcan los bifes. Saben que alimentar cada animal cuesta cinco pesos al día y que los ganaderos empiezan a mirar con desconfianza a los sojeros, principales perjudicados por las retenciones a la exportación contra las que se alzó el campo. Pero no logran quebrar la unidad. “Lo más complicado es la carne y también va a empezar a faltar harina en algunas ciudades alejadas de los molinos”, se sinceró ayer un exhausto negociador.
El impedimento central no es el lock-out sino los cortes de rutas. Empresarios filo-K como Eduardo Eurnekian (Aeropuertos 2000), Gabriel Romero (Grupo Emepa) y la familia Werthein (Telecom) controlan además importantes cabañas ganaderas. Lo propio corre para el supermercadista Alfredo Coto, hacendado y hasta dueño de tres frigoríficos. “Pero para llegar de La Pampa hasta acá hay cinco cortes y con los celulares es imposible que se escape un camión-jaula por un camino lateral de tierra –apunta el consignatario–, así que la única alternativa es que salga un convoy escoltado por Gendarmería o el Ejército. Pero los productores son capaces de pararse a 300 metros y meterles bala a las vacas.”
El secretario de Comercio Guillermo Moreno, metió presión por su lado a los engordadores de corral. Pero en Agricultura los ánimos tampoco eran conciliadores. Una fuente de esa repartición recordó que la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) aún retiene atribuciones de la antigua Junta Nacional de Carnes para intervenir en el mercado. Una de ellas, la de ungirse en único comprador y vendedor mayorista de carne vacuna. Algo que reclaman quienes critican por izquierda a la política ganadera oficial. (CRÍTICA DIGITAL)