El crédito para consumo es mayor que hace diez años

El informe remarcó que este proceso es fomentado por el gasto postergado en 2008-2009; por el incentivo a adelantar consumo para prevenirse de la inflación; por la estabilidad cambiaria; y por el crédito bancario de corto plazo (que incluye agresivas promociones de tarjetas de crédito, con fuertes descuentos y hasta 50 cuotas).

Según el Banco Ciudad, "si bien hay menos crédito para las familias, y fundamentalmente para las empresas, en los últimos años se produjo un re-direccionamiento de la capacidad prestable de los bancos hacia el consumo (tarjetas y personales)".

Ello tuvo lugar en detrimento de líneas más largas, como prendarios e hipotecarios, que actualmente representan 1,4% del PIB, tras llegar a sumar 6,4% del producto en la década pasada.

El crédito bancario al sector privado (empresas e individuos), en tanto, es hoy la mitad que en los años 90, a pesar del dinamismo reciente.

Si bien vienen creciendo a tasas anuales del 30%, esas líneas hoy representan 14% del PIB, tras llegar a sumar 28,5% del producto antes de la devaluación.

En el caso de las personas jurídicas, el stock de préstamos pasó del 18 al 8% del PIB, mientras que el crédito a personas físicas se redujo del 11% del producto en 2001 al 6% hoy.

De ese modo, "algunas empresas se están autofinanciando y otras directamente invierten menos", mientras el poder de compra de las familias en términos de inmuebles "se redujo drásticamente".

"El premio `consuelo` de las familias ante este escenario es utilizar su capacidad de apalancamiento para la compra de un LCD o un electrodoméstico, ya sea un lavarropas, una cocina, o una licuadora", evaluó el informe.

En lo que respecta a la “oferta” de crédito para consumo, se debe entre otras razones, a que el sistema bancario es más transaccional que antes (los depósitos a la vista representan casi 50% del total, mientras que en los 90 eran el 25%).

Pese al crecimiento del crédito al consumo, "no puede afirmarse hoy que haya un `sobre-endeudamiento` de las familias, ya sea observando la deuda total de los individuos como porcentaje del PIB, el crédito al consumo en relación al ingreso o la morosidad de la cartera del sistema.

"De hecho, de la comparación internacional, surge que aún queda mucho camino por recorrer para el crédito al consumo en la Argentina", concluyó el Banco Ciudad.

(Notio)