LA MONEDA MÁS CODICIADA
El dólar está cada vez más débil
En los últimos años el dólar se fue desvalorizando frente al resto de las monedas, salvo contadas excepciones. Ante esa debilidad, varios países estudian atar sus divisas a una "canasta variada" y no exclusivamente al dólar. Y son muchas las naciones productoras de petróleo que prefieren que sus precios coticen en euros.
La velocidad con la que se deprecia, llevó a varios líderes mundiales a salir en defensa de la moneda estadounidense, pero hasta ahora no han tenido efectos sobre su débil cotización.
La economía norteamericana está atravesada por la pesada crisis del mercado inmobiliario que, además de la incertidumbre que genera sobre los consumidores tiene un gran impacto negativo en los balances de los bancos y en la actividad de la construcción. Se esperan problemas también por el lado del abuso del consumo a través de las tarjetas de crédito. Se ha gastado por encima de las posibilidades y, en promedio, cada familia norteamericana, tras las subas de los cargos por incumplimiento, tiene deudas con los bancos por 7.000 a 9.000 dólares.
Esto explica que se hable de "desaceleración económica" y hasta de recesión. A ello se suma la reducción de la tasa de interés y el deterioro de los instrumentos financieros. Todo lo cual contrae el ingreso de fondos desde el exterior, indispensables para el financiamiento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos de Washington.
EE.UU. tiene un gran déficit comercial que la desvalorización del dólar no pudo corregir. Pero eso no es todo. El déficit fiscal es pronunciado por los emprendimientos belicistas del país, por los gastos desmesurados que aprobó la administración Bush antes y después de la invasión a Irak y por haber disminuido la carga impositiva sobre las franjas más ricas de la población. La gran nación del norte se ha convertido en la gran deudora del planeta.
Hay que tener presente que los republicanos siempre han esgrimido como bandera para recolectar votos la baja de los impuestos. En esa carrera, donde se ha desatendido la asistencia, la salud de la población y la educación, George W.Bush viene creando pronunciadas desigualdades sociales, un reparto de la riqueza que está resultando extremadamente inequitativo. Pero por otro costado le suma vigor al déficit con los gastos.
Las inestabilidades norteamericanas obligó a la mayoría de los países a revaluar sus monedas, porque no acompañaron la merma de la divisa dólar. Así, el euro se fue afianzando como una moneda de alternativa. Pero lo mismo fue pasando con las monedas asiáticas y de varias naciones latinoamericanas, como se evidencia en el desplazamiento de fondos hacia esos mercados.
Las consecuencias de un dólar débil son varias. Primero porque produce un efecto inflacionario internacional. Segundo, desaparece un ancla que le daba estabilidad a la economía estadounidense y a muchísimas regiones y banderas que vivían atadas al presente y porvenir del dólar. Tercero, agrava las incertidumbres e incrementa el riesgo inversor. Cuarto, reduce el peso de la economía estadounidense en la economía mundial y eso puede llevar a una contracción seria de la demanda internacional.
El peso argentino está acompañando la devaluación del dólar y eso le ayuda a mejorar su tipo de cambio con respecto a buena parte de los países con los que comercia. (CLARÍN)