El salario mínimo tocó fondo en febrero al caer 21%
El salario mínimo vital y móvil (SMVyM) medido en términos reales registró una caída del 21% interanual en febrero, estimó el CETyD. De esta manera, habría alcanzado su piso si se tiene en cuenta que en marzo habrá un aumento que lo llevará a $12.500 pautado originalmente para junio.
El comportamiento del SMVyM inició un derrape ininterrumpido hace un año y ya en junio mostraba un retroceso en torno al 10%. Sin embargo, con la agudización de la corrida cambiaria y la devaluación, la pérdida del terreno frente a la inflación fue al alza hasta llegar a más de un quinto el mes pasado, al comparar con un índice de precios que según el Indec fue del 51,3% en comparación al mismo período de 2018.
Ante ese escenario, el Gobierno adelantó para marzo el alza en el salario mínimo que originalmente estaba pautada para junio, para llevarlo a $12.500 en lugar de los $11.900 a los que iba a avanzar en el esquema inicial, desde los $11.300 previos.
"Fue una caída brutal pero seguramente se modere el mes que viene", apuntó en diálogo con BAE Negocios Matías Maito, del CETyD, que depende de la Universidad Nacional de San Martín.
Los salarios formales perdieron 11% en 2018 y avanzó la disparidad entre sectores
A su vez, al conocerse el IPC de febrero también se pudo estimar de cuánto fue el deterioro del poder adquisitivo para los trabajadores registrados. Según sus cálculos, en doce meses los sueldos del sector formal se derrumbaron un 11% y, en la comparación con 2015 el derrumbe se agranda a un 15%.
El CETyD elabora sus estimaciones a partir de los datos de 18 convenios colectivos de trabajo representativos que permiten inferir con anticipación las variaciones reales de las remuneraciones.
"No sólo hubo una caída importante sino también una dispersión fuerte, ya que mientras algunos pocos ganaron, otros empataron y el resto perdió por 8, 10 o 15 puntos", sostuvo Maito, para quien este factor arroja una mayor "complejidad y desigualdad" al mundo laboral.
En ese sentido, en 2018 estas diferencias entre los convenios fueron las mayores en cuatro años y duplicaron las de 2015.
En cuanto a las perspectivas para este año, para Maito dependerá "de las negociaciones colectivas". "Desde el gobierno intentan orientarlas de modo que los aumentos nominales acompañen la inflación de este año, lo cual no deja de ser un problema porque se consolida la pérdida del 2018", planteó.
Maito cree que dado el cuadro recesivo actual "parece poco probable" que los empresarios puedan otorgar subas considerables en los salarios que permitan recomponer el poder adquisitivo de los años previos.
Fuente: BAE Negocios