MANAGEMENT
Emprendedores, ¿nacen o se hacen?
Bill Gates dejó la universidad para probar suerte con un proyecto personal. Su exitosa experiencia es un punto de partida para un debate sobre la utilidad de la capacitación formal para empresarios. En otras palabras, ¿los emprendedores nacen o se hacen?
En una encuesta realizada recientemente en MATERIABIZ, la consigna era: "Emprendedores, ¿nacen o se hacen?"
De un total de 410 participantes, 30 por ciento respondió "nacen", 21 por ciento "se hacen" y 49 por ciento "una combinación de ambas".
Este es un gran interrogante del mundo del entrepreneurship, un interrogante que despierta posturas divergentes. Pero la experiencia está de acuerdo con la última opción de la encuesta: un emprendedor ni nace, ni se hace, sino que un poco de ambas cosas.
Por un lado, existen abundantes casos de personas que han montado exitosísimos negocios sin capacitación formal. Estos individuos provienen de distintos segmentos socioeconómicos con diversos tipos de experiencias.
No obstante, otras investigaciones sugieren la posición contraria. En una investigación conjunta entre la Universidad de San Andrés y la Universidad General Sarmiento, se realizaron entrevistas personales con 122 fundadores de nuevas empresas en Argentina (definidas como aquellas que tienen entre tres y diez años de antigüedad).
Los encuestados se dividieron en dos grupos. Por un lado, un grupo objetivo compuesto por emprendedores con título universitario. Por el otro, un grupo de control con empresarios que no ingresaron a la universidad.
Así, el objetivo de la investigación consistía en explorar las diferencias entre el proceso emprendedor de los egresados universitarios y la experiencia de aquellos sin capacitación formal. ¿Cuáles eran las diferencias entre los proyectos de estos dos grupos?
Los resultados mostraron que las empresas fundadas por universitarios eran más dinámicas y empleaban a más personas. Su facturación media duplica a la del otro grupo, contaban con una mayor especialización de roles, mejores redes para la identificación de oportunidades y modelos de negocio más basados en innovación que en la competencia de precios.
Así, los resultados de la investigación parecen sugerir que la formación en entrepreneurship es, para una persona que pretende desarrollar un proyecto de alto crecimiento, tan importante como un curso de arte para aquel que quiere ser artista.
En otras palabras, los cursos de formación para emprendedores les permiten ser más "profesionales" a la hora de comenzar un negocio y cometer menos errores.
En definitiva, un emprendedor ni solamente nace ni solamente se hace. No obstante, la polémica sigue abierta. Y usted, ¿qué piensa? (IECO)