Empresas de gas atrapadas por el fantasma del default

Las principales empresas del sector gasífero están envueltas en una paradoja económica y financiera: desde hace más de un año el Gobierno les demora el pago de $ 200 millones por un aumento de tarifas que ya fue anunciado pero nunca implementado. Mientras tanto, las firmas se lanzan a renegociar deuda por problemas de caja o conviven con el fantasma del default.

Las más afectadas por esa operatoria son TGN y TGS, que se encargan de transportar el gas desde los yacimientos hasta las distribuidoras, y Metrogas, la compañía que tiene contacto con el usuario final en la Ciudad de Buenos Aires.

En tanto, Gas Natural Ban, que se encarga de prestar ese servicio en el Gran Buenos Aires, resolvió antes que el resto las cuentas pendientes con el Gobierno, renegoció su contrato y ya recibió ajustes de tarifa.

En septiembre del año pasado, las compañías recibieron de la UNIREN –el organismo designado por el Gobierno para renegociar los contratos de las privatizadas– una propuesta de acuerdo transitorio que les otorgaba un aumento de un 20% en las tarifas, retroactivo al primer día de ese mes.

Los directorios de las tres compañías aprobaron la propuesta oficial, dado que se trataba del primer incremento en la tarifa en una década. En el caso de las empresas cuyos accionistas tenían juicios contra el Estado –TGN y Metrogas–, el dinero se destinaría a un fideicomiso para el pago de obras para mantener la calidad del servicio.

Catorce meses después, el dinero aún no llega a las arcas de las empresas. En algunos casos, debido a que la presidenta Cristina Fernández no firmó el decreto que refrendaba el aumento, y en otros, porque el Enargas –el ente que regula al sector– a cargo de Antonio Pronsato, no publicó los nuevos cuadros tarifarios.

“Aunque no lo íbamos a recibir en efectivo, el dinero que se iba a recaudar nos servía para hacer las obras que tuvimos que pagar con fondos de nuestra caja. Son trabajos para mantener el servicio, que no se pueden dejar de hacer”, aseguran en una de las compañías.

La situación de caja de las empresas está en ruinas. La más comprometida es TGN. Según sus cálculos, dejó de percibir unos $ 50 millones por la demora en la implementación de su tarifa. La empresa de Techint, Total, CGC,la malaya Petronas y el fondo Blue Ridge se declaró en default en diciembre del año pasado, según sus argumentos, ahogada por los retrasos en la tarifa y las trabas para exportar gas a Chile.

A cambio, se ganó la intervención del Gobierno, que designó al ex UIA Roberto Pons. Según el Enargas, esa intervención, sumada a aumentos en los sueldos del personal, le costarán $ 5,29 millones en su presupuesto 2009, que pagarán todas las empresas del sector, incluida TGN.

Metrogas, la distribuidora más grande del país, registró una pérdida de $ 39,61 millones en los primeros seis meses del año y avisó que “la falta de respuesta por parte de las autoridades” ocasionó una situación que “podría comprometer de continuar un contexto de similares características las mejoras que deben efectuarse sobre los activos esenciales y a mantener, reparar o reemplazar aquellos activos esenciales que hayan cumplido su vida útil”.

TGS tiene una situación menos incómoda. Aun así, ganó en los primeros seis meses del año $ 12,9 millones, lejos de los $ 136,1 del mismo período de 2008.

Para las empresas, la historia tiene ribetes irónicos: mientras están en una situación crítica, Gas Natural Ban ya comenzó a cobrar esos cargos extra, que aún no tienen un destino asignado. Y aunque demora los aumentos de tarifa, el Gobierno subió 35% en un año lo que les cobra por auditar al sector.(El Cronista.com)