En 8 de cada 10 empresas, los empleados ganan más que sus jefes

En la gran mayoría de las empresas argentinas se acrecentó este año un fenómeno que comenzó hace ya un lustro: los jefes ganan menos que el personal que se encuentra a su cargo. Es que los aumentos logrados por los gremios en las negociaciones paritarias superan a los que consiguen los empleados fuera de convenio –analistas, supervisores, administrativos, jefes y ejecutivos– y provocan que personas que ocupan un puesto con cierto nivel de responsabilidad dentro de la compañía sean remuneradas por debajo de otros que están en puestos de menor nivel.

Esta situación –su nombre técnico es solapamiento– ya se da en el 83% de las empresas, según una encuesta de la consultora Mercer entre 152 compañías, presentada ayer. “Los sueldos del personal dentro y fuera de convenio evolucionan de forma diferente, lo que nos lleva al problema del solapamiento. Las empresas están tomando conciencia de que si no reparan este fenómeno, el personal puede decidir que le conviene estar agremiado”, destacó Zoltan Rosenfeld, director asociado de Mercer Argentina.

De acuerdo con el relevamiento, los porcentajes de aumentos salariales acordados con los gremios fueron en promedio de 27,5 por ciento. En más del 50% de los casos, ese incremento agravó el problema del solapamiento con el personal de la primera línea de supervisión –sus jefes directos– y con otros puestos como analistas, administrativos, técnicos y asistentes, que lograron un aumento de 20,5% en promedio.

“Las empresas vienen corriendo este problema desde atrás. Cuando se definen las reglas, vuelven a correr el arco para usar una metáfora futbolera”, explicó el abogado Ignacio Capurro, socio del estudio Funes de Rioja & Asociados. Según el especialista, el solapamiento provoca consecuencias que van desde una crisis de liderazgo y autoridad de los jefes y el crecimiento de la actividad sindical. “Mucha gente que está hoy fuera de convenio quiere tercerizar en el gremio la gestión de su salario”, señaló.

En las empresas comenzaron a utilizar distintas herramientas para achicar la brecha que va surgiendo entre el personal sindicalizado y el resto. La mayoría optó por ajustes selectivos (77%), ofrecer el mismo incremento acordado con los gremios al resto de los empleados (25%), mejorar los planes de comunicación (21%) y revisar los incrementos y beneficios (15%).

En la empresa General Motors, por ejemplo, para solucionar la brecha salarial comenzaron aplicando un aumento con monto fijo, pero como el problema se acrecentaba, pensaron otras soluciones. “Comenzamos a trabajar por porcentajes pero hubo una homogeneización y nosotros somos una empresa que evalúa por desempeño. Este año se decidió dar un ajuste salarial y después aumentos por mérito”, contó Adriana Restanio, directora de Relaciones Industriales de General Motors, automotriz que cuenta con 3300 empleados en la Argentina, de los cuales 3000 están sindicalizados.

La firma Catalent –proveedora de la industria farmacéutica, con 440 empleados en el país– comenzó a otorgar más beneficios de flexibilidad (días libres que se suman a los feriados) a su personal fuera de convenio. “Redefinimos el vínculo con nuestro personal no convencionado”, reflexionó Ricardo Pravda, director de Recursos Humanos de la empresa. Según detalló de 2006 a 2010, los empleados sindicalizados obtuvieron aumentos, en promedio, del 190% mientras que el resto alcanzó el 120 por ciento.

(El Cronista)