En los últimos años el Banco Central debió intensificar la emisión de billetes de 100 pesos
El colosal esfuerzo que el Gobierno hizo por disimular la inflación en los últimos años, que incluyó el ocultamiento de los resultados de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2004/05, que daría lugar a la nueva matriz del índice de precios al consumidor (nunca se publicaron los datos finales) y la intervención de hecho del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), va camino de quedar superado por la realidad.
En los últimos años, el Banco Central (BCRA) debió intensificar la emisión de billetes de 100 pesos, los de mayor denominación en circulación en el país, y dosificó la de otros de mediano valor, lo que analistas privados interpretan como una admisión implícita de la pérdida de poder adquisitivo sufrida en ese tiempo por el peso, es decir, el bien numerario en el que se denominan los precios.
El desplazamiento hacia los mayores valores es considerado "lógico" por los especialistas y, al mismo tiempo, demostrativo del daño producido por el esmeril inflacionario. "Es un dato que permite comprobar lo que ya sabemos: que la inflación real está significativamente por encima de la oficial", opina el consultor Ricardo Castiglioni Cotter, de C & T Asesores Económicos.
"Es un fenómeno estrechamente relacionado con la demanda de la gente. Frente a precios de productos que se han encarecido sostenidamente, es lógico que cada vez más gente demande billetes de mayor denominación y convalide esa mayor oferta en los hechos", explicó su colega Nicolás Bridger, de Prefinex.
"El costo de emisión de un billete de 5 o de uno de 100 pesos debe ser el mismo. Claramente, en un contexto inflacionario, es más beneficioso emitir billetes de mayor denominación. Sin embargo, esto genera numerosas complicaciones en las transacciones", apunta la economista Evelin Dorsch, que junto a su colega Gabriel Caamaño Gómez está a cargo del Departamento Económico de la consultora Joaquín Ledesma & Asociados. (La Nación)