Endurecieron los controles antilavado para bancos

La Unidad de Información Financiera (UIF) acentuó en las últimas semanas su presión sobre los bancos, elevando sumarios en distintas causas que estaban casi archivadas y que en algunos casos sucedieron hace más de siete años.

En la lista figuran las principales entidades privadas (tanto nacionales como extranjeras) y se investigan operaciones de lo más disímiles: van desde la compra de dólares de parte de «coleros» hasta el giro de divisas al exterior, pasando por el descuento de cheques por altas sumas en ventanilla.

En los bancos no niegan los hechos, pero aseguran que están a años de luz de ser causas vinculadas a lavado de dinero. «El esquema de control de capitales que arrancó en 2002 se implementó en forma muy desprolija y en ese momento fue imposible controlar todas y cada una de las operaciones. Con el tiempo todo se fue acomodando», explicó un alto ejecutivo de una entidad nacional.

Pero en casi todos los casos atribuyen una intencionalidad política a la actuación de la UIF. Aluden, en cambio, a los problemas que tiene la entidad que preside José Sbatella ante el GAFI, el Grupo de Acción Financiera Internacional.

Este organismo se encarga de supervisar el cumplimiento de las normas de control de lavado de dinero alrededor del mundo. Y en breve, posiblemente setiembre, dará a conocer su informe en el que la Argentina no sale bien parada.

La UIF procura realizar una serie de gestiones para mejorar esa nota, y una de ellas pasa por mostrar mayor celeridad en casos de lavado en las que se investigan operaciones bancarias. Si bien desde que existe la UIF hubo muchas causas denunciadas, ninguna recibió una condena judicial en prácticamente una década. Si el Gobierno no logra modificar la nota que preliminarmente otorgó el GAFI, la Argentina quedaría en la «lista gris», es decir, un país con poca voluntad para controlar las operaciones de lavado.

En el caso de la actividad bancaria, las investigaciones de la UIF podrían complicar una operación de compra de parte de un banco nacional que se había cerrado hace pocas semanas. En la entidad compradora aseguran que aún están a la espera del visto bueno del Banco Central y que «la operación no se cayó». Sin embargo, Sbatella presentó ante el fiscal Raúl Plee nuevas pruebas de operaciones sospechosas que complicarían a la entidad adquirida. Entre las operaciones sospechosas, figuran individuos que compraron dólares en distintas sucursales, pero sin vulnerar los máximos permitidos. Se descubrió que, en realidad, encubría operaciones por parte de productores agrícolas que no querían pasar por el mercado cambiario.

También se detectaron distintas transacciones de transferencia de fondos al exterior en plena vigencia de fuertes restricciones para realizar este tipo de operaciones. En 2002 las normas eran muy estrictas para evitar fugas de divisas, pero con el tiempo se fueron suavizando parcialmente.

También quedaron bajo la lupa distintas operaciones vinculadas al descuento de cheques relacionadas con la práctica conocida como «pesificación». Por ese motivo, muchos bancos de primera línea que estaban muy activos en el negocio decidieron restringirlo exclusivamente para sus clientes, pero dejaron de aceptar cheques de terceros que quieren cobrarlo en ventanilla.

(Ambito.com)