FMI prepara una nueva misión: "Haremos todo lo posible por cumplir el deseo de Guzmán de cerrar un acuerdo en mayo"

La negociación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional gana ritmo, con el objetivo de que Argentina pueda reestructurar a tiempo un vencimiento por cerca de 2.400 millones de dólares con el Club de París. Para ello, la intención oficial es sellar el acuerdo con el FMI en mayo o antes, como dejó en claro en distintas declaraciones Martín Guzmán. La novedad es que el vocero del organismo, Gerry Rice, dijo que intentarán cumplir con el "deseo" del ministro y que para ello preparan una nueva misión virtual a Argentina.

En una conferencia de prensa realizada este jueves, Rice se refirió a la negociación con el Ejecutivo local para refinanciar la deuda de 45.000 millones de dólares más intereses que dejó el programa Stand By firmado por Mauricio Macri y para sellar un nuevo programa de Facilidades Extendidas (EFF por su sigla en inglés), un tipo de acuerdo más extenso -entre siete y diez años- aunque también habitualmente más sujeto a las condicionalidades de la entidad con sede en la capital de Estados Unidos.

"El ministro Guzmán reiteró el deseo de la autoridades de llegar a una conclusión en mayo y haremos lo posible para cumplir con ese plazo", aseguró Rice. Si bien dijo que lo más importante es cerrar "un buen acuerdo", el ministro de Economía se refirió a esa fecha como aceptable en varias oportunidades durante los últimos días. Es que el Gobierno buscará despejar luego un vencimiento con el Club de París que hoy es impagable para el país e intentará, en paralelo, que las meta plurianuales del EFF ayuden a anclar las expectativas de inflación y devaluación del mercado en torno al 29% previsto en el Presupuesto.

En ese marco, el portavoz del Fondo adelantó que en las próximas semanas habrá una nueva misión técnica para negociar con el equipo de Guzmán, aunque aclaró que en este caso será virtual debido a la segunda ola de coronavirus Covid 19 que atraviesa EE.UU. Al frente del staff estarán, como de costumbre, la subdirectora del FMI para la región, Julie Kozack, y el jefe del caso argentino, Luis Cubeddu.

Además, confirmó que esperan la llegada del titular del Palacio de Hacienda:

"Tenemos entendido que las autoridades argentinas quizás vengan a Washington en las próximas semanas, pero no tengo información precisa de cuándo". El ministro planea reunirse allí con funcionarios de la entidad multilateral y también intentará conversar con Janet Yellen, la nueva secretaria del Tesoro estadounidense, una pieza clave en la negociación ya que el país norteamericano es el mayor cantidad de votos tiene en el Directorio del FMI.

Al frente de las gestiones para concretar esos encuentros está el embajador de Argentina en Estados Unidos, Jorge Argüello. La próxima semana se le sumará Sergio Chodos, el representante por el Cono Sur en el Board del Fondo, quien tiene previsto su regreso a Washington para ese momento.

Una novedad en elenco de Joe Biden fue la reciente incorporación como asesor de Yellen de un viejo conocido de Argentina, David Lipton, el ex número 2 de Christine Lagarde mientras se aprobó el Stand By de 2018. Pese a que se lo suele ubicar como un "halcón", por la dureza de sus exigencias, en Economía no ven con malos ojos su llegada: aseguran que en su momento se opuso a financiar la fuga de capitales con los envíos del Fondo y que ya conoce cómo es negociar con el país.

Los avances en la negociación

Este lunes el Gobierno pagó al FMI 315 millones de dólares correspondientes a intereses y a aportes que realiza el Tesoro argentino por ser un país miembro del organismo. El próximo vencimiento de intereses con la entidad que encabeza Kristalina Georgieva será entre el 30 de abril y e 1º de mayo por otros 300 millones, en momentos definitorios para el nuevo acuerdo.

En principio las negociaciones se encaminan a un programa EFF a diez años con un calendario de repago que comenzaría en 2025. Fuentes al tanto de las conversaciones le dijeron a este medio que el Fondo se muestra abierto a la continuidad de los controles cambiarios, al menos en el corto plazo, para evitar una fuerte devaluación y una reactivación de la fuga de capitales, y permitir la acumulación de reservas que garanticen el cumplimiento de los pagos a reprogramar con el FMI y de los vencimiento de deuda reestructurada con los bonistas.

Los principales puntos de debate, en cambio, pasan por el ritmo de reducción del déficit primario y de la emisión monetaria a fijar en las metas plurianuales. Los técnicos del organismo empujan por un mayor ajuste de las cuentas. Para este año, el Presupuesto prevé un rojo primario del 4,5% del PBI a financiar en un 60% con asistencia del BCRA al Tesoro. Aunque, como adelantó BAE Negocios, Economía negocia con bancos multilaterales (como el BID, la CAF y el Banco Mundial) para ampliar las líneas de préstamos para obra pública y reducir la porción del déficit cubierta con emisión al 40 ó 45%.

El otro gran escollo a atravesar son las elevadas expectativas de inflación, alimentadas por la aceleración del IPC en los últimos meses. El mercado ve una suba de precios en torno al 50% para este año, 20 puntos por encima de la meta oficial. Pero el Gobierno necesita alinear las expectativas con el 29% presupuestado ya que es el número que rige todas las otras variables de la negociación con el Fondo: asumir una inflación mayor obligaría a recalibrar toda la discusión sobre las metas fiscales y monetarias.

Es por eso que, en los últimos días, se lanzó una serie de iniciativas en ese sentido: el llamado a sindicatos y cámaras patronales para discutir un acuerdo de precios y salarios en sintonía con esa proyección para el IPC, la postergación por el momento de una suba de las tasas de interés en pesos y la reducción del ritmo de devaluación diaria que convalida el Central con sus intervenciones en el mercado cambiario, que de mantenerse sugiere para febrero un alza del dólar mayorista del 3%.

Por Juan Strasnoy Peyre

Fuente: BAE Negocios