Gobierno avanza con medidas para contener precios de aceite y carne
Viejas y nuevas recetas son las que está utilizando el Gobierno para contener la suba de los alimentos en las góndolas. Luego de suspender por dos meses las exportaciones de maíz, para abaratar el precio del grano en el consumo interno, en paralelo avanzó con la industria aceitera en un acuerdo para garantizar precios accesibles.
Concretamente, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, junto a su par de Agricultura, Luis Basterra, firmaron un acta acuerdo con la industria aceitera, para implementar un mecanismo de financiamiento que permita asegurar un precio accesible para el aceite de consumo familiar y, al mismo tiempo, compensar a los productores aceiteros que abastecen el mercado interno.
El plan contempla reinstaurar el denominado “fideicomiso aceitero” creado en 2008 y que el Gobierno de Mauricio Macri dejó sin efecto en 2016, apenas meses después de asumir, lo que generó un incremento del aceite en las góndolas de entre el 30% y el 36% en pocas semanas.
Mediante este instrumento financiero se había establecido que el 1,2% de todas las ventas al exterior de poroto de soja, subproductos y girasol sean destinadas a este fondo que tenía como objetivo destinar el dinero recaudado a subsidiar el precio del aceite en el mercado interno. Una receta que en aquel momento había logrado su cometido.
Es el propio Kulfas quien tiene sobre sus espaldas las negociaciones no solo con la industria aceitera sino también con los frigoríficos. El funcionario busca relanzar un plan de precios populares que incluya diversos cortes de carne vacuna que se ofrecerán en bocas de expendio de todo el país.
Según pudo averiguar Ámbito el anuncio sería inminente, porque el Gobierno no quiere dejar pasar más días sin ofrecer alternativas que colaboren a contener los precios de la canasta básica. El visto bueno de los frigoríficos exportadores ya está cerrado y lo mismo se buscará con los con los que destinan su producción al mercado interno.
La inesperada suba en los precios de los commodites se convirtió en una buena noticia para las arcas nacionales de cara al 2021, teniendo en cuenta que el ingreso de divisas del sector sería de al menos u$s29.000 millones, pero también en la espada de Damocles teniendo en cuenta el peso que tiene por ejemplo el maíz en la alimentación animal.
Con esto en mente precedió a la suspensión por dos meses de las exportaciones de maíz. El objetivo es que el grano disponible no solo sea destinado al mercado interno sino también que una caída en su precio logre contener una posible suba de la carne, el cerdo y el pollo.
En este marco el Gobierno prefiere no hablar de la instauración de cupos de exportación sino más bien de un mayor control del sector agroexportador y acuerdos vinculantes con la agroindustria.
Parte de ese mayor control también se vio reflejado semanas atrás cuando, en una resolución publicada en el Boletín Oficial dispuso que tanto empresas cerealeras como frigoríficos deben cumplir con los plazos establecidos para la liquidación de divisas, caso contrario serán dados de baja del Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (RUCA).
Por Yanina Otero
Fuente: Ámbito.com