Grave: por caída de producción, sólo 4 automotrices son sustentables (hay 12)
El sector automotor suma todos los días alguna mala noticia. Suspensión de personal en una empresa, cese de la fabricación de algún modelo o autoparte en otra. Es lógico: con un mercado interno que no para de caer, más la falta de la rentabilidad de las exportaciones por la aplicación de retenciones, las terminales no pueden mantener el nivel de actividad. Los patentamientos de 0 km están cayendo 61% contra marzo del año pasado. Es cierto que aquel mes fue récord y que no tuvo los dos feriados de carnaval, pero el derrumbe de las ventas es inocultable. Las exportaciones caerán este año 15% por la mayor carga tributaria que dispuso el Gobierno para lograr su ansiado déficit 0. Esos dos factores (externo e interno) harán que en 2019, la producción automotriz -según proyecciones hechas hace dos meses en el sector- caiga 10%. Pero es una visión optimista ante el vertiginoso deterioro de la situación. Aseguran que puede ser más. Así las cosas, la pregunta es inevitable. ¿Es viable la industria automotriz local, tal como se la conoce?
En los últimos años, la asociación que agrupa a las terminales (ADEFA) difundió diferentes estudios sobre competitividad. El más antiguo, en 2001, elaborado por la consultora Booz Allen & Hamilton. En 2015, otro de factura propia en conjunto con los autopartistas agrupados en AFAC y, en 2017, un tercero a cargo de la consultora Bain & Company. En cada uno de esos trabajos se señalaban los principales problemas del sector, se proponían medidas para solucionarlos y se planteaban distintos escenarios. En caso de tomar el camino correcto, alentadores, en el sentido contrario, alarmantes. Como están las cosas, esto último es lo más lógico hoy a tener en cuenta.
Según lo planteado en esos informes y contrastando con la realidad actual, sólo cuatro terminales de vehículos serían hoy sustentables. Eso surge del trabajo conjunto ADEFA/AFAC que advirtió que recién por arriba de un volumen de producción de 50.000 unidades de un vehículo se logra una escala de fabricación competitiva. Por debajo de ese número, la situación de costos se complica y se hace inviable. Cuando se elaboró ese estudio, en 2015, sólo la mitad de los modelos producidos en el país pasaban ese umbral. Hoy la situación empeoró.
Fuente: Ámbito