Judiciales cordobeses en conflicto salarial

Dirigentes del gremio judicial se reúnen desde las 10 con autoridades del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) a fin de discutir los planteos salariales.

Paralelamente se desarrollan asambleas en los distintos edificios tribunalicios de la Córdoba. En la sede de Tribunales I, en donde se lleva adelante el encuentro, los empleados desplegaron una bandera argentina sobre el ingreso por calle Caseros, por lo que la zona quedó cortada para el tránsito vehicular.

El conflicto verificó ayer una fuerte escalada, cuando gremialistas y casi un centenar de afiliados ocuparon el Salón de Pasos Perdidos en reclamo de una audiencia con alto cuerpo.

Poco antes de la medianoche, los dirigentes fueron recibidos por miembros del TSJ y se acordó un encuentro formal para esta mañana.

La titular del gremio, Irina Santesteban, insistió en el reclamo de un aumento salarial del 25 por ciento, aunque aclaró que ese porcentaje podía ser otorgado en "forma escalonada".

"Pretendemos una discusión salarial que contemple realmente las necesidades de los trabajadores. Sabemos que es una situación difícil y estamos dispuestos a negociar", indicó a Mitre 810.

El vocal del TSJ, Luis Rubio, sostuvo por la misma emisora que "hay que hacer esfuerzos para arribar a un acuerdo" y evitó adelantar si hoy habrá una nueva propuesta a los judiciales.

Ayer, el alto cuerpo desestimó de plano la posibilidad de mejorar la oferta salarial ya realizada (seis por ciento de aumento promedio sobre los básicos) y ratificó a José María Las Heras, administrador del Poder Judicial, como su principal negociador en el conflicto.

Aída Tarditti, titular del TSJ, acusó al sindicato de pretender una remuneración privilegiada con respecto al resto de los miembros del sector público provincial. Tarditti remarcó expresamente que el salario promedio es de "cuatro mil pesos mensuales, por seis horas de trabajo, vacaciones en enero y julio y un régimen especial de licencias", apuntó.

Durante la toma se vivió un clima de tensión por las versiones sobre el posible desalojo forzado de los ocupantes –lo que finamente no ocurrió–, con una fuerte presencia policial que controló el ingreso y egreso al Palacio y manifestantes que concurrieron a apoyar la protesta. (LA VOZ DEL INTERIOR)