MEXICO | INVERSIONISTAS

Kirchner prometió continuidad económica a los empresarios

El presidente Néstor Kirchner partió anoche México convencido de que, luego de la ronda de reuniones con empresarios locales, Argentina contará con un piso de inversiones mexicanas durante los próximos tres años de unos 2 mil millones de dólares, según fuentes de la comitiva oficial.

Kirchner se despidió de México al cabo de una jornada íntegramente dedicada al contacto con el mundo empresario, que se inició con un seminario sobre las perspectivas comerciales entre los dos países.

Allí, el Presidente le aseguró a los inversionistas que no tendrán problemas energéticos en Argentina -una inquietud bastante extendida- y transmitió muy claramente la idea de que su esposa, Cristina Fernández, lo sucederá en el cargo y que eso debe leerse como una garantía para los hombres de negocios.

Luego tendría reuniones privadas y un almuerzo en el que sobresalió la presencia de Carlos Slim, el magnate de las telecomunicaciones.

El seminario que cerró Kirchner fue un desayuno organizado por la cámara que reúne a los empresarios de las dos naciones en la muy pintoresca Hacienda de Los Morales, un salón-restaurant del centro de la capital mexicana. También hablaron el canciller Jorge Taiana, el ministro de Economía, Miguel Peirano, y la titular de la agencia de inversiones, Beatriz Nofal.

En verdad el Presidente salió bien parado del desafío y se mostró predispuesto a las preguntas de los empresarios. Desde ese atril, definió el proceso que encabeza como el "crecimiento más importante en los últimos 100 años", detalló las bajas del desempleo, la suba de otros índices positivos y buscó instalar la idea de previsibilidad en el país.

Se vio a un Kirchner en clara actitud de seducción. México, país con el que acaba de firmar un acuerdo de asociación estratégica, reviste importancia para el esquema comercial argentino: es, según cifras oficiales, el sexto destino de las exportaciones nacionales y, a su vez, representa el quinto proveedor en importancia de nuestro país, con un intercambio que pasa los 2.500 millones de dólares anuales.

Ante una audiencia que no lo ha escuchado mucho, Kirchner usó su ya célebre frase para definir el tiempo que le tocó gobernar, aquella que dice que el 10 de diciembre de este año, cuando deje el poder, "Argentina habrá salido del infierno y empezará a caminar en el purgatorio".

Hasta Kirchner se asombró del rebote de esa máxima: la audiencia se empezó reír, porque les sonó ingeniosa. "Y...es así...", devolvió el argentino enseguida.

Y luego habló del futuro. "La Argentina de la etapa que viene, que le va tocar conducir a quien será presidenta...", arrancó en alusión a su esposa pero lo interrumpieron las risitas. "Bueno, es una expresión individual mía", respondió con ese gesto suyo casi de travesura infantil.

Un par de veces más volvería sobre la idea de que Cristina ya es prácticamente la nueva habitante de la Casa Rosada, como si no hubiera elecciones en octubre.

Puesto a aceptar preguntas, Kirchner se incomodó cuando se leyó la de un empresario mexicano, de la compañía MABE: "¿Tiene algún plan para resolver la crisis energética?", le dijeron.

El Presidente explicó que la última inversión seria en el sector fue en 1997. "Nosotros no hablamos de crisis. Vivimos la tensión del crecimiento. En mi país, se apaga una lamparita y hay crisis energética. En Barcelona se apagó media ciudad y fue un problema eléctrico", aguijoneó.

Fue allí que enumeró a modo de promesa los supuestos proyectos en danza para el sector, como la media docena de centrales nuevas, el gasoducto con Bolivia, las mejoras en Atucha y Yacyretá, etcétera. Quedó claro en todo su razonamiento que el Gobierno argentino seguirá sin reconocer el estado delicado de la cuestión.

"Inviertan con seguridad", pidió Kirchner. Y aventuró: "En 2010, Argentina generará 8.752 mega más de electricidad".

Cristina Kirchner no estuvo en el seminario, pero su marido se encargó de hacer valer su figura. Luego de las promesas sobre el tema energético pidió: "Espero que le puedan hacer a la presidenta del 2010 la misma pregunta sobre la energía que me hicieron a mi. Eso significará que el país habrá seguido creciendo". Otra vez, la audiencia devolvió sonrisas cómplices. (Clarín)