DEMANDA LABORAL

La UE lanza la "tarjeta azul" en busca de inmigrantes calificados

Europa necesita técnicos, ingenieros, médicos... ya en 2010 habrá un déficit de 300.000 trabajadores sólo en el sector de las tecnologías de la información, puestos que cada vez serán más difíciles de cubrir por una población europea que para 2050 estará formada en una tercera parte por jubilados.

Con este telón de fondo, la Comisión Europea adoptó ayer una propuesta de directiva para conceder una "tarjeta azul" a trabajadores extranjeros altamente calificados, con el fin de suplir la falta de este tipo de mano de obra en los países del bloque.

Franco Frattini, vicepresidente de la Comisión Europea a cargo de Inmigración, ofreció ayer, durante la presentación oficial de la "tarjeta azul" europea, acelerar los procedimientos de admisión de inmigrantes, facilitar la reagrupación familiar y que pasados dos años de trabajo el inmigrante pueda cambiar de país dentro de la UE o incluso volver a su nación de origen y posteriormente regresar a Europa.

La Comisión Europea entiende por "inmigrante calificado" aquel que tenga un título universitario o al que se le ofrezca un puesto de trabajo en la UE con un salario tres veces superior al salario mínimo del país que lo acepte.

Ahora mismo, según los datos que maneja la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), los asalariados de terceros países en empleos cualificados son el 0,9% de los trabajadores. En Australia son el 9,9%, en Canadá el 7,3% y en Estados Unidos el 3,7%. La "tarjeta azul", copia en muchos aspectos de la "green card" estadounidense, pretende paliar ese déficit y supone, por primera vez, un paso hacia una política de inmigración común en la UE.

Los datos claman: Estados Unidos se lleva el 55% de la inmigración calificada mundial, la UE apenas el 5%. Frattini explicó ayer las características principales de la futura "tarjeta azul", que ahora arranca su tramite legislativo y a la que, como reconoció el propio comisario, le queda al menos un año y medio para entrar en vigor. Si se termina aprobando -las principales reticencias vienen de Alemania y Austria, que se niegan a europeizar la política migratoria- los empresarios deberán comunicar a sus gobiernos cuántos profesionales cualificados y de qué rama necesitan. A partir de ahí, la Comisión Europea gestionará ese "catálogo" de empleos que se ofrecerán a quienes soliciten la tarjeta.

La "tarjeta azul" acelera el procedimiento de admisión de inmigrantes, porque los demandantes obtendrán una respuesta sobre si son aceptados "en un plazo máximo de 30 días" desde la presentación de la solicitud. Frattini aclaró que "eso no significa el derecho a venir a Europa, pero si hay una oferta de trabajo supone el derecho a una respuesta y la garantía de que al llegar a Europa se tiene un buen trabajo".

Este nuevo permiso, que será a la vez de residencia y empleo, facilitará también la reagrupación familiar. Además, tras dos años de trabajo continuos en condiciones legales, el inmigrante podrá "desplazarse a otro Estado miembro sin tener que recomenzar el procedimiento", siempre y cuando tenga una oferta de empleo en ese otro Estado. En caso contrario, el beneficiario de la "tarjeta azul" podrá volver a su país y regresar a la Unión Europea cuando lo desee a condición de que sea con una oferta de empleo bajo el brazo. Frattini bautizó ayer este sistema como de "inmigración circular".

El comisario también quiso salir al paso de las voces críticas que están surgiendo en varios países europeos, donde se le acusa de adoptar decisiones que no le competen. "No será Bruselas quien decida cuántos ingenieros hacen falta en Austria, será Austria, lo que nosotros hacemos es ofrecer a los Estados miembros un procedimiento común y facilitar los trámites a los inmigrantes", les respondió. (CLARÍN)