La ganadería cerró el 2017 con altibajos y las economías regionales siguen en rojo
La gran oferta de ganado sobre una demanda constante tuvo su efecto en precios por debajo de la inflación lo que hizo que el margen de ganancia sea limitado. No paso lo mismo en las economías regionales, donde los altos costos y el tipo de cambio, siguen siendo negativos para el sector.
"Salimos hechos". Con estas dos palabras diversos productores consultados por este diario definieron como cerró su año comercial.
El valor del novillo en el año terminó con un alza del 15% mientras que la inflación rondará el 22 por ciento. Al que si le suma los aumentos que tuvo el gasoil a lo largo de 2017, generó en el productor idas y venidas que hizo que la "actividad sea neutra".
Y es que dependiendo del modelo productivo aquel ganadero que se dedica a la cría por ejemplo tuvo "buenas ganancias que llegaron al 23 por ciento, cuyos animales recién saldrán en el 2018", afirmaron los ganaderos.
Para el consultor Víctor Tonelli "los valores de la cría estuvieron por arriba de lo esperado y lo mismo la recría, aunque muy pocos lo usaron. Y el engorde con buenos costos de alimentación por debajo del precio del maíz, pero con un alto costo de reposición, que terminó siendo un empate".
Lo malo quizás se vio en las carnicerías donde para sostener los costos y la mano de obra, se hizo mano a aumentos en el mostrador afectando al consumidor.
Todo lo contrario se vio en las economías regionales. Los distintos complejos tuvieron un mal año.
"La exportaciones han caído y el atraso cambiario cierra un 50% abajo, y como consecuencia los costos se elevaron", sostuvo desde la CAME, su director Raúl Robín quien agregó "si alguna actividad hasta el año pasado lograba un equilibrio este 2017 empezó a tener problemas".
Al ver algunos de los sectores. Peras y manzanas tuvieron un mal año por la poca demanda, pese a la ayuda del Estado. El problema es que dependen de la actividad de la competitividad de la economía. Igual caso en los cítricos dulces.
Las importaciones es otro de los dolores de cabeza para las producciones del interior. El gobierno dice controlarlas y medir su entrada, pero los productores están preocupados.
Fuente: BAE